¿Cómo cree que es la relación entre pediatra y farmacéutico?
Buena, aunque siempre es mejorable. Los pediatras disponemos, a través de los visitadores médicos, de mucha información sobre medicamentos nuevos y productos alimentarios, pero disponemos de menos sobre toda una serie de utensilios adecuados para bebés. Yo a veces visito farmacias para saber lo que se vende; es verdad que ahora se puede ver todo por internet, pero para aconsejarlo y prescribirlo es mejor conocerlo de primera mano. Las farmacias para mí son muy importantes, en muchos lugares son casi el único punto de salud y en otros el punto de salud que está más horas abierto al público, pues solo disponen de pediatra algunos días de la semana. Creo que prestan muchos servicios a la población que en ocasiones tendríamos que prestar los pediatras, pero ellos hacen lo que pueden, y muy bien, para compensar esta falta de servicio médico in situ. Por tanto, creo que sería bueno que farmacéuticos y pediatras tuviéramos una colaboración más estrecha.
¿Cómo podría fomentarse una colaboración más estrecha?
A mí me gustaría que los farmacéuticos nos conocieran, y nos tuvieran en cuenta cuando las familias les preguntan y presentan dudas para ellos difíciles de gestionar, pero que son el día a día del trabajo del pediatra. Es casi imposible que haya un pediatra en cada pueblo, en cada esquina, pero sí sería posible que ellos fueran el interlocutor sanitario válido para poder implementar la telemedicina en muchas zonas, dando un servicio a las familias que, de otra forma, se ven obligadas a desplazamientos largos y costosos en tiempo y dinero. Por otro lado, ellos podrían informarnos sobre muchos productos que van saliendo continuamente, pero con criterio farmacéutico, no solo comercial, como nos acostumbran a informar habitualmente las casas comerciales. Por ejemplo, los farmacéuticos saben perfectamente si un componente más en una determinada crema mejora realmente la acción que se está pretendiendo alcanzar. Ya que, aunque nos faciliten bibliografía, se requiere mucho tiempo para valorar la idoneidad de tal o cual remedio y, muchas veces, los pediatras tampoco disponemos de los conocimientos farmacológicos precisos para ello.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes en pediatría?
En pediatría presencial los problemas respiratorios, gastrointestinales y la fiebre. Pero tengo que decir que a nivel de telemedicina, que ya llevamos tres años ejerciendo con un volumen considerable de consultas, el motivo principal de consulta es el estreñimiento en los lactantes, seguido de la fiebre y la información sobre las vacunas.
El tema de la vacunación está en boca de profesionales y familias. ¿Qué opina?
Es una pena y una vergüenza que a estas alturas se muera un niño no vacunado a causa del tétanos, como ha pasado recientemente en Italia, o de difteria, como pasó el año pasado en Cataluña, o que el sarampión, de-saparecido durante más de 20 años, vuelva a verse de nuevo. No reconocer el avance que han representado las vacunas en nuestra sociedad es negar la evidencia, si el “motivo para no vacunar” es que es un engaño de los laboratorios “que solo quieren lucrarse”, pues que se lucren, mientras así se consiga erradicar toda una serie de enfermedades que eran la causa de una mortalidad y morbilidad infantil tan alta en épocas pasadas cuando no existían las vacunas. La investigación requiere de buenos profesionales, los mejores, que deben ser adecuadamente financiados, a pesar de que no siempre consigan grandes logros. Todo esto tiene un coste que hemos de financiar entre todos, y si hay una empresa que asume el riesgo, y lo financia por adelantado antes de tener resultados, bienvenida sea. En resumen, puedo entender que una familia no comprenda esto, e intentaré una y mil veces explicarle los beneficios de las vacunas. Pero que haya profesionales sanitarios que las desaconsejen me parece algo sorprendente: si alegan argumentos naturistas, no hay nada más natural que morirse, pero precisamente el trabajo de los profesionales sanitarios es posponer el momento y dar calidad a la vida. Tanto las vacunas como los antibióticos nos han ayudado mucho a conseguirlo.
Seguir leyendo esta entrevista en el número 22 de la revista Farmaventas Pediátrico.