La primavera ya está aquí y el buen tiempo con ella. El sol empieza a estar más presente y hay que prestar más atención a los rayos solares ya que la falta de protección conlleva daños en la piel. Entrevistamos a Leonor Prieto, directora científica de Laboratorios La Roche-Posay.
¿Cómo los cambios en nuestro planeta (subida de temperaturas, la degradación de la capa de ozono etc.) afectan a nuestra piel?
Tanto el cambio climático que estamos sufriendo, como la depleción de la capa de ozono, son factores que se combinan y afectan a nuestra piel y nuestro organismo en general. Algunos cálculos apuntan a un aumento del 10% de la radiación ultravioleta, respecto a la década de los 80. Esto tiene consecuencias a nivel de la piel: aumento de cánceres de piel, quemaduras, fotodermatosis o daños crónicos actínicos, pero también a nivel de los ojos, o de la inmunidad de nuestro organismo.
¿El sol nos daña más ahora que años atrás?
No sólo nos afecta la capa de ozono o el cambio climático, también otros factores como la polución, que tienen efectos sinérgicos. Hoy día hablamos de “fotopolución” y esta combinación multiplica el estrés oxidativo y los radicales libres, de forma que, además de lo que ya hemos comentado, en las zonas más industrializadas hay una mayor tendencia a tener la piel más sensible, a sufrir dermatitis y a un fotoenvejecimiento acelerado, con un aumento de las arrugas y las hiperpigmentaciones. También hemos de tener en cuenta que nuestros hábitos de exposición, nuestra forma de vestir, nuestra manera de viajar y también el aumento de la esperanza de vida, hacen que nuestra piel esté más expuesta y que el efecto acumulativo de las radiaciones ultravioletas afecte todavía más a nuestra piel.
¿A qué responde la creación de vuestros nuevos productos para piel sensible?
Aunque los avances en fotoprotección hayan sido espectaculares en estos últimos veinte años, todavía queda mucho por hacer. Estos productos responden a necesidades de algunas pieles, que necesitan una combinación de fotoprotección y cuidado específico. Hay pieles que, por sus características presentan diferentes tipos de “fotodermatosis”. Una de las más frecuentes es la que denominamos “intolerancia o alergia al sol” (erupción polimorfa lumínica), una reacción exacerbada, con rojeces, inflamación, picor o erupción cuando nos exponemos. También la piel puede sufrir fotosensibilidad debido a medicamentos o sustancias fotosensibilizantes, o algunas patologías se agravan con el sol (rosácea, lupus). Para el cuidado de estas pieles se crean Anthelios Sun Intolerance, producto no sólo con una protección muy alta en UVB (50+) y UVA (cortos y largos- PPD 39), sino también con activos que calmen estas sensaciones de picor y eritema que afectan a la piel y a la calidad de vida, como la Neurosensina, un activo calmante con una eficacia demostrada sobre la reducción de estos síntomas. Por otro lado, como comentábamos, las hiperpigmentaciones cada vez son más frecuentes, y la radiación lumínica tiene una acción tanto directa como potenciadora, como en el caso del melasma o del fotoenvejecimiento (lentigos). Pero también la hiperpigmentación post inflamatoria estimula la síntesis de melanina, dejando marcas, como en el caso del acné con componente inflamatorio, o diferentes intervenciones estéticas. Para ofrecer una solución completa a estos problemas Anthelios Pigmentation ofrece una protección muy alta en UVB (50+) y UVA (cortos y largos- PPD 39), sino también activos específicos como el Procerad, una ceramida patentada que tiene una acción específica sobre diversos mediadores inflamatorios y sobre la pigmentación, así como una fórmula pigmentada a base de óxidos de hierro, que protegen también frente al visible, en parte responsable también de las hiperpigmentaciones. Son productos además, que no sólo son para utilizar durante el periodo de exposición a sol más intenso, sino a lo largo de todo el año.
¿Por qué ahora y no hace unos diez o veinte años atrás, cuando se tomaba indiscriminadamente?
La fotoprotección de hoy día es muy diferente a la de hace veinte años, cuando los problemas del sol y sus implicaciones no se conocían como hoy día. La innovación ha sido constante, y cada vez tenemos mejores productos y más campañas de prevención solar, tanto primarias (información y cambios de hábitos de exposición) como secundarias (diagnóstico e intervención), pero todavía queda mucho por hacer. El sol tiene muchos efectos beneficiosos para nuestra piel y nuestro organismo, pero también muchos otros problemas que hay que intentar minimizar. La investigación y la puesta a punto de nuevos sistemas filtrantes y activos es compleja. Los filtros solares no son compatibles con otros ingredientes activos, por lo que no es fácil su formulación. Elaborar un producto que aúne cuidado, fotoproteccion y textura no es una tarea fácil, pero año tras año se consiguen novedades en todos los sentidos, que nos ayudan a protegernos mejor del sol.
¿Cuál es la causa de que incluso todavía no nos defendamos lo suficiente de los rayos solares?
Todavía no estamos lo suficientemente concienciados de los peligros del sol y de que, con dosis muy pequeñas de radiaciones ultravioletas, dado su efecto acumulativo, se producen alteraciones muy importantes, no sólo en la piel, sino a nivel de todo nuestro organismo. Nuestra cultura sigue pensando en el bronceado como un patrón de belleza, incluso de salud y energía, como lo demuestran las encuestas que se llevan a cabo entre la población. La piel está cada vez más expuesta al sol, y muchas veces utilizamos los factores de protección muy altos para aumentar los tiempos de exposición, lo que a la larga nos trae problemas más importantes. Si lo unimos a la tendencia al uso de cabinas de bronceado artificial, al aumento de la práctica de deportes al aire libre, y a la mayor esperanza de vida, además del cambio climático y la capa de ozono, como hemos visto antes, nos damos cuenta de que, a pesar de tener muchos más conocimientos de los peligros del sol, seguimos haciendo exposiciones inadecuadas y no siempre protegidos. Aún nos queda camino por recorrer, seguir trabajando y seguir insistiendo en hacer un uso racional de la exposición solar. Hay que tener en cuenta, además, que la protección solar no es solo aplicarse un fotoprotector tópico, sino un conjunto de hábitos y cambios de comportamiento frente al sol, así como una revisión periódica de la piel con el dermatólogo.
¿Cuáles son los cuidados básicos de una piel irritada y/o manchada por el sol antes durante y después de tomarlo?
Si tenemos una piel sensible al sol, utilizar productos de cuidado tanto facial como corporal, para pieles sensibles. Una buena hidratación de nuestra piel hará que nuestra barrera cutánea protectora esté mejor preparada. Ser conscientes de que tenemos que protegernos del sol, no sólo en exposiciones a sol intenso, sino prácticamente cada vez que nos exponemos, incluso en meses de primavera, o cuando está nublado. Hay que salir protegidos prácticamente todo el año. Después del sol, utilizar productos calmantes, hidratantes y antioxidantes. Especial atención también, las pieles que son normales (es decir, no tienen esta reactividad frente al sol), pero están en tratamiento con medicamentos fotosensibilizantes (consultar al médico o al farmacéutico). Para personas con fotodermatosis diversas, es el dermatólogo el que va a instaurar los tratamientos médicos adecuados y combinarlos con la protección solar. Para las pieles con tendencia a las manchas, utilizar cuidados despigmentantes a lo largo del año nos va a ayudar a reducir la intensidad de las manchas y a tener un tono de piel más homogéneo. Podemos hacer tratamientos intensivos con serums despigmentantes antes y después del verano. Durante las exposiciones al sol (no sólo la playa, sino cualquier exposición más o menos prolongada que realicemos), usar siempre un producto de protección solar específico de muy alta protección y cuidado despigmentante y anti irritante.
¿Cuáles son esas zonas más olvidadas de proteger que necesitan una atención especial?
Especial atención a la zona de los párpados. No hay casi productos para cuidarla y también es una zona donde el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel tienen una relevancia específica. Para cuidar las pieles sensibles y la zona de los párpados, este año se crea Anthelios Ultra, un fotoprotector de muy alta protección UVB-UVA, con una fórmula minimalista y adaptada a la zona del contorno ocular, con una tecnología especial que hace que el producto no migre y que no pique en los ojos. Está testado en el contorno ocular y ofrece verdaderamente una protección adecuada. Además del contorno ocular, especial atención a la zona de las orejas, la parte posterior del cuello, los hombros o el empeine de los pies, son zonas con tendencia a la sobreexposición, al igual que el cuero cabelludo si sufrimos alopecia. Mi recomendación para estas zonas es reaplicar de forma más continua. También si tenemos cualquier cicatriz o marca reciente en una zona fotoexpuesta, ya que como hemos dicho la hiperpigmentación post inflamatoria es muy importante.
¿Qué diferencia hay entre los nuevos productos solares Anthelios de este año respecto los anteriores?
El sistema filtrante “XL PROTECT®” de Anthelios es muy completo y de amplio espectro, ya que combina diversos filtros patentados frente a todo el espectro de radiación UV, tanto UVB como UVA cortos y largos. Enriquecido además con activos antioxidantes, como el Agua Termal (muy rica en Selenio), la baicalina o la vitamina E, para actuar frente a la formación de radicales libres producidos por los UVA y los infrarrojos. También la textura “anti adhesión” que evita los efectos de la fotopolución sobre la piel y, por supuesto la gran fotoestabilildad de las fórmulas, que permite mantener los índices indicados entre aplicación y aplicación. A todo esto, este año se combina con activos de tratamiento específico para pieles intolerantes al sol (Anthelios Sun Intolerance, enriquecido con Neurosensina), o con tendencia a la hiperpigmentación (Anthelios Pigmentation, enriquecido con Procerad y óxidos de hierro) o para pieles y párpados sensibles (Anthelios Ultra, con tecnología Intelimer) De este modo, podemos elegir el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades, bien por el tipo de piel y/o exposición al sol que vayamos a realizar, o por los cuidados específicos que necesite nuestra piel expuesta al sol.
¿Cuál es la característica principal que la hace adaptable a nuestra vida actual (tanto a nivel de formulación como de packaging etc.)?
Si hablamos a nivel de usuarios, la característica fundamental es la textura. Podemos tener el mejor sistema filtrante y el que más protege, pero si la textura no se adapta a nuestros gustos, tipo de exposición o resultados, al final no vamos a usarlo correctamente o simplemente “no vamos a usarlo” y, por tanto, va a repercutir directamente sobre nuestra piel. Por ello la fotoprotección tiene que aunar productos con filtros y fórmulas que cada día protejan mejor y de forma más amplia y estable, frente a todos los efectos nocivos del sol, con texturas cada vez más placenteras, cómodas y fáciles de usar. De este modo conseguimos aplicar los productos de forma más homogénea, en cantidad adecuada, además fomentar la reaplicación y esto nos conduce a una mejor y más segura protección solar. De este modo, no hay excusa para no protegerse, e incluso nos resulta agradable y placentero, a diferencia de hace años, donde ponerse un protector solar era un verdadero martirio. Sigue habiendo texturas en crema y leche (muy mejoradas) para los que seguimos siendo más clásicos y nos gusta la sensación protectora y suavizante que dejan en la piel, pero también brumas que dan sensación de ligereza, aceites secos, soluciones bifásicas, fluidos ultraligeros, o “wet skin” para aplicar sobre la piel húmeda… también a nivel de envases, sistemas que nos permiten una aplicación más regular, o incluso que no tengamos que extender el producto. Como he dicho,¡ ya no hay excusa para protegerse!. Y también recordad “incluso protegidos, el abuso del sol es peligroso”, así que hay que disfrutar, pero nunca bajar la guardia.