¿Cómo definiría nuestro estilo de vida?
Estamos abandonando el saludable estilo de vida mediterráneo tradicional y dejándonos meter en la vorágine del estilo de vida occidental que amenaza nuestra salud física y mental. Debemos definir para explicarnos el concepto “estilo de vida mediterráneo”. Los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea son muy conocidos. Pero cuando se estudia a la gente que sigue la dieta mediterránea se comprueba que también hace otras cosas demostradamente útiles para prevenir la enfermedad, como tener más actividad física y mayor relación social. Por eso la UNESCO propuso hablar de estilo de vida mediterráneo mejor que de dieta mediterránea a secas. En relación con ello, vale la pena revisar un fragmento de la declaración que hace la UNESCO en su página web: “[…] El acto de comer juntos es uno de los fundamentos de la identidad y continuidad culturales de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo. Es un momento de intercambio social y comunicación, y también de afirmación y renovación de los lazos que configuran la identidad de la familia, el grupo o la comunidad. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial pone de relieve los valores de hospitalidad, buena vecindad, diálogo intercultural y creatividad, así como un modo de vida que se guía por el respeto de la diversidad. Además, desempeña un papel esencial de factor de cohesión social en los espacios culturales, festejos y celebraciones, al agrupar a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales [...]”. Como psiquiatra me interesa especialmente el estudio de la depresión y, en este sentido, el estilo de vida mediterránea es un factor protector frente a la depresión que estamos abandonando. Nos estamos dejando colonizar por el estilo de vida occidental. Diría más, nos estamos dejando engañar, y lo estamos pagando ya en forma de aumento incesante de muchas enfermedades físicas y mentales.
¿Cómo cree que hemos llegado a este abismo?
Podríamos resumirlo en base al fenómeno de la globalización, que presentará muchas ventajas para la economía y el comercio, sin duda, pero en el aspecto del estilo de vida salimos perdiendo. Estamos adoptando los valores y costumbres de los países anglosajones, casi sin darnos cuenta.
¿Cuáles son los enemigos de nuestra forma de vivir?
La dieta insalubre, el sedentarismo, la disminución de horas de sueño, la pérdida de lazo social, la insuficiente exposición a la luz ambiental, el abandono del contacto con la naturaleza, el soportar una carga de estrés excesivo sin conocer recursos para gestionarlo mejor, el asumir el poder y el dinero como única medida del prestigio social, el trabajar en exceso en detrimento del tiempo de ocio y de dedicación a familia y amigos, el preocuparnos demasiado por nuestros deseos o supuestas necesidades, etc. Todas estas son características destacadas del estilo de vida occidental.
¿Qué hay de las tecnologías, son también un enemigo?
La tecnología es una herramienta que se puede usar bien, mal o regular. No tiene sentido demonizarla sino intentar aprovechar todas sus posibilidades de forma armónica con nuestras necesidades humanas. Por ejemplo, las nuevas herramientas de comunicación se convierten en un problema según el tiempo que las dedicamos y, sobre todo, según lo que dejamos de hacer debido a ese tiempo que las dedicamos (por ejemplo relacionarnos cara a cara).
Seguir leyendo esta entrevista en el número 129 de la revista Farmaventas.