Artículo realizado por Luis de la Fuente, CEO del Grupo Mediformplus.
Las enfermedades de la piel son uno de los principales motivos de consulta en atención primaria (AP) y se acepta que más del 50 % de la población presenta lesiones cutáneas.
Si tenemos que pensar en una categoría que más cambios ha experimentado en los últimos años dentro de la oficina de farmacia, esa es, sin duda, la dermo. El comercio, el mercado, el cliente, el producto… todo ha evolucionado y, si queremos experimentar crecimiento, o incluso mantenerlo en algunos casos, debe evolucionar nuestra forma de ver el negocio.
Desde hace unos años, la farmacia se está dando cuenta que la promoción no es el único camino para potenciar la dermo y que un aborde beauty, sin especialización, no es, ni mucho menos, suficiente.
Al fin y al cabo, las enfermedades de la piel son uno de los principales motivos de consulta en atención primaria (AP), y se acepta que más del 50 % de la población presenta lesiones cutáneas. Teniendo en cuenta de que el principal valor y diferenciación de la farmacia es el consejo y la asistencialidad, te invito a preguntarte, ¿Está preparado mi equipo para atender al paciente en base a sus exigencias y necesidades?
Cuando tratamos de posicionarnos como una farmacia especialista en dermo, nos centramos en trabajar nuestro surtido, buscando las mejores marcas, planificamos campañas promocionales, e, incluso, a veces invertimos en herramientas como un dermoanalizador; pero, ¿invertimos el mismo tiempo y recursos en preparar y capacitar al equipo que va a atender a nuestro consumidor?
Nuestro equipo, y su consejo, es la base IMPRESCINDIBLE para lograr llegar a nuestro paciente, abordar su necesidad, darle la mejor solución, ofrecerle una experiencia de compra diferencial y fidelizarlo.
Existen muchos tipos de formación, algunas más básicas, necesarias para cualquier empleado y cualquier farmacia, y otras más especializadas, pensadas para aquellas farmacias que dan un paso más allá, que quieren poner en valor lo que son y diferenciarse de la guerra de precios con otros canales.
En la dermo y en el momento en que estamos, esto es especialmente importante porque nos encontramos con un consumidor hiperinformado (en ocasiones malinformado), con altas exigencias y enormes expectativas en cuanto a la experiencia, consejo y asesoramiento. Además, la farmacia constituye el primer punto de contacto ante problemáticas comunes de la piel, así como para posibles consultas que pueden derivar al especialista y facilitar detecciones precoces. ¿Nuestro equipo puede dar ese consejo? ¿Le ofrecemos las herramientas para hacerlo?
Los programas formativos especializados son la elección más adecuada para lograrlo y, centrándonos en dermo, es importante que combine aspectos clave e imprescindibles como:
- La selección del surtido de productos dermocosméticos en función de las necesidades del mostrador.
- El conocimiento profundo del producto y la recomendación optima en cada caso.
- Cómo es el perfil de consumidor dermo.
- La implementación de técnicas de venta efectivas.
- La optimización de la experiencia de compra del cliente.
- El desarrollo de estrategias de dinamización y venta.
- El manejo de alteraciones cutáneas comunes, proporcionando conocimientos prácticos sobre cómo orientar y aconsejar a los pacientes en el cuidado de su piel.
- El abordaje, la detección y manejo de consultas dermo más frecuentes en el mostrador.
- Herramientas para el seguimiento de las rutinas/tratamientos dermo de los consumidores.
Todo puesto en marcha por profesionales expertos en dermo y su desarrollo en la oficina de farmacia.
El objetivo debe ser que nuestro equipo sea capaz de mejorar el consejo dermo y potenciar la categoría dentro de la oficina de farmacia, captar nuevos clientes dermo desde la receta médica y diferenciarse para aumentar la fidelización de tus pacientes-clientes; así podremos especializarnos con éxito, posicionarnos y aumentar nuestra rentabilidad.