Hoy, 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial de esta enfermedad neurodegenerativa que, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) afecta a unas 800.000 personas en España.
Aunque la causa de la enfermedad no se conoce con exactitud, todo apunta a que tenga un origen multifactorial en que el que parece que están implicados diferentes procesos como la acumulación de ciertas proteínas cerebrales, neuroinflamación, inmunidad, cambios vasculares, genética… que predisponen a que ciertas personas la desarrollen. Señalar que, respecto al origen de esta enfermedad, los casos hereditarios son raros y solamente suponen el 1% del total de los casos.
Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de esta enfermedad, de los que más del 90% corresponden a personas de más de 65 años. Y es que las probabilidades de desarrollar esta enfermedad aumentan de forma exponencial con la edad, duplicándose la proporción de personas que padecen esta enfermedad cada 5 años. Así, mientras que el número de nuevos casos diagnosticados de enfermedad de Alzheimer en personas de entre 65 y 70 años es de entre 1 a 3 personas al año por cada 1.000 habitantes, asciende hasta los 14-30 casos por cada 1.000 en personas de entre 80 y 85 años. Esto hace que la enfermedad de Alzheimer ya sea la primera causa de discapacidad entre las personas de edad avanzada en España y que siga en aumento: el progresivo envejecimiento de la población hará que el año 2050 el número de pacientes ascienda hasta los casi dos millones de personas.
Si bien los avances en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer son lentos, ya que desde 2003 aún no se ha aprobado en España ningún nuevo fármaco que permita la mejoría sintomática de la enfermedad, la SEN se muestra esperanzada en que tal vez estemos a las puertas de un cambio de paradigma en el tratamiento de la enfermedad. A finales de 2022 y en 2023 se conocerán los resultados de dos nuevos tratamientos, basados en el uso de anticuerpos monoclonales, que tal vez permitan modificar los procesos fisiopatológicos claves de la enfermedad.
Mantenerse intelectualmente activos, fomentar un buen estado de ánimo, conservar el contacto personal con amigos y familiares, abandonar el consumo del alcohol y tabaco, realizar ejercicio físico, tener un peso saludable, seguir una dieta adecuada, controlar la diabetes y la hipertensión arterial, corregir la pérdida de audición o evitar los traumatismos cerebrales y la exposición a la contaminación ambiental son medidas protectoras que pueden retrasar y, por lo tanto, llegar a evitar la aparición de la enfermedad.