Un estudio publicado en Revista Española de Cardiología (REC) demuestra que los hábitos de vida guardan una estrecha relación con la mortalidad cardiovascular de las mujeres en edad menopáusica.
Los investigadores han descubierto que la actividad principal diaria que la mujer lleve a cabo en esta etapa de su vida es el factor que más se relaciona con la mortalidad cardiovascular. De esta forma, estar sentada la mayor parte de la jornada triplica el riesgo de muerte cardiovascular en mujeres mayores de 50 años, respecto a tener una actividad como caminar, llevar algún peso y/o realizar tareas de esfuerzo físico.
El tabaco es el segundo factor que más incrementa el riesgo de muerte cardiovascular en este grupo de población: las mujeres fumadoras tienen un 81,6% más riesgo de morir por esta causa que aquellas que nunca han fumado. Por otro lado, consumir verduras menos de una vez a la semana incrementa un 75,8% el riesgo de muerte cardiovascular respecto a consumirlas más de tres veces a la semana.
“El objetivo del estudio era conocer los hábitos de vida y las enfermedades crónicas asociadas con mayor riesgo cardiovascular en mujeres menopáusicas, así como construir una escala para cuantificar el riesgo de mortalidad por esta causa”, explica el Dr. José Antonio Quesada, primer firmante del estudio y director del Grupo de Investigación Cardiovascular (GRINCAVA) de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Los resultados del estudio han permitido la creación de una escala de riesgo específica de fácil uso y directamente aplicable a mujeres postmenopáusicas con una elevada capacidad predictiva del riesgo de muerte. Estos resultados asocian claramente la inactividad física a mayor riesgo cardiovascular, penalizando y ensombreciendo el pronóstico en las mujeres, por lo que fomentar la actividad física con regularidad es obligado y debe incluirse en todos los programas de educación sanitaria a cualquier edad”.