La celulitis es una alteración local del tejido adiposo en la capa más profunda de la piel, la hipodermis. Se conoce comúnmente como “piel de naranja” porque al pellizcar se aprecia la piel con superficie ondulada e irregular, con nódulos y hoyuelos.
Artículo escrito por Laura Caparrós, farmacéutica especializada en Dermofarmacia, publicado en Farmaventas 170.
Aparece celulitis cuando hay un problema de circulación, que puede ir acompañado o no de retención de líquidos, y una degeneración del tejido conjuntivo. La etiología de la celulitis es multifactorial, intervienen factores hormonales, hereditarios, circulatorios, alteraciones del tejido adiposo, un estilo de vida inadecuado, vida sedentaria, dieta rica en grasas e hidratos de carbono, estrés o abuso de alcohol. La obesidad y ciertos medicamentos también pueden agravarla.
La celulitis no puede ser considerada como una enfermedad, sino como una alteración estética de la superficie de la piel que afecta a entre el 85% y el 98% de las mujeres a partir de la adolescencia en mayor o menor grado. Está presente en todas las razas aunque afecta con mayor frecuencia a la blanca y en menor medida a las mujeres asiáticas. Se localiza generalmente en muslos, glúteos, caderas, parte superior de los brazos y parte inferior del abdomen. Es muy poco frecuente en los hombres y por ello se cree que el factor hormonal juega un papel relevante en su desarrollo.
El papel del farmacéutico, en este caso, adquiere una gran importancia, ya que no sólo será el encargado de recomendar un determinado tratamiento dermocosmético, sino que también será el responsable de divulgar los métodos más convenientes para la utilización de los mismos, así como indicaciones para su necesario cumplimiento y medidas preventivas a seguir.
Antes de adentrarnos en los activos y los tratamientos cosméticos que podemos encontrar en farmacias, vamos a ver los diferentes grados de celulitis:
Grado I: la piel de naranja es visible sólo al pellizcar la piel.
Grado II: la piel de naranja es visible sin pellizcamiento, pero solamente de pie (en posición vertical).
Grado III: la piel de naranja es visible en cualquier posición, con una apariencia muy ondulada. Cursa con dolor, hay una gran pérdida de elasticidad y se acentúan los problemas circulatorios.
Grado IV: nódulos visibles, palpables y dolorosos. Patología que debe ser seguida y controlada por un médico, imprescindible derivar.
Si nos referimos a la consistencia de la piel, podemos establecer otro tipo de clasificación, que probablemente nos facilite la elaboración de un protocolo de recomendación dermofarmacéutico más adecuado e individualizado para el abordaje de la celulitis:
Celulitis edematosa o acuosa: piel fina, con aspecto de piel de naranja. Tiene lugar un aumento del volumen de los muslos y las rodillas, además, de la pesadez y el dolor de piernas por la retención de líquidos y los problemas de circulación. El signo de godet es positivo en este tipo de celulitis, este signo es una maniobra que permite poner en evidencia la existencia de un edema, el signo es positivo si después de mantener una depresión en la piel, al retirar el dedo se observa que tarda unos segundos en desaparecer. Se presenta en mujeres de todas las edades. Para tratarla debemos recomendar un cosmético anticelulítico con activos drenantes y tonificantes.
Celulitis compacta o dura: piel de naranja visible solo al pellizcamiento, corresponde a un grado I y se asocia a la presencia de estrías al haber tanta distensión por la rotura de las fibras elásticas de la piel. Se observa una apariencia firme de la piel que no se modifica cuando cambiamos de postura. Frecuente en chicas jóvenes con actividad física regular. Normalmente se localiza en zonas muy concretas como la cara externa de los muslos o la cara interna de la rodilla. Para abordar esta celulitis vamos a necesitar un cosmético rico en activos lipolíticos.
Celulitis blanda o flácida: piel de naranja que se aprecia a simple vista. Corresponde con un grado II-III. Es más visible de pie que tumbada. Está asociada a la flacidez, a alteraciones circulatorias con presencia de arañas vasculares, varices y edemas con mucha retención de líquidos. Es un tipo de celulitis que cambia con las posturas y se mueve al andar. Es frecuente en torno a los 30-40 años en mujeres con vida sedentaria o anteriormente activas pero que ya no tanto. Las zonas a las que afecta son más extensas, cara anterior y posterior de los muslos, abdomen, espalda brazos y glúteos. Es frecuente también en personas que se sometieron a regímenes dietéticos severos, bajaron bruscamente de peso y lo han vuelto a recuperar. A este nivel, deberemos combinar activos que favorezcan una buena circulación, reafirmantes y lipolíticos.
Celulitis mixta: es aquella en la que existe mas de un tipo de celulitis, en diferentes zonas corporales, en la misma persona. Por ejemplo, celulitis dura en piernas y más blanda en el abdomen. Aquí actuaríamos como en la anterior.
Por lo tanto, el abordaje de esta frecuente alteración, debe basarse en un tratamiento anticelulítico que combine diferentes activos con diferentes mecanismos de acción, para obtener los mejores resultados. El tratamiento debe actuar sobre el sistema circulatorio, el tejido adiposo y el tejido conjuntivo. Es decir, que por un lado debe impedir la acumulación de grasa y adipocitos, por otro lado también debe mejorar el problema vascular, reforzando la pared de los capilares y disminuyendo la permeabilidad de los vasos, evitando así la formación de edemas y, por último, debe optimizar la elasticidad cutánea para mejorar la firmeza y tonicidad de la piel.
Ingredientes activos sobre el tejido adiposo
Lipolíticos: disuelven grasas, estimulando la movilización y la degradación de los triglicéridos almacenados en los adipocitos. Entre ellos podemos destacar: las bases xánticas (cafeína, teobromina y teofilina) como tales o en forma de extractos vegetales (nuez de cola, guaraná o té verde), algas pardas y compuestos yodados de naturaleza no hormonal, coenzima A, L-carnitina, piruvato sódico, quercetina y extracto de pimienta.
Inhibidores de la lipogénesis: extracto de hibiscus sabdariffa, extracto de garcinia cambogia, extracto de guaraná, alucina y genisteína entre otros.
Ingredientes activos sobre los vasos sanguíneos
Venotónicos: incrementan el tono venoso y la resistencia de las paredes vasculares. Destacan el extracto de ginkgo biloba y el castaño de indias.
Antiedematosos: disminuyen la permeabilidad capilar. Entre ellos están ruscus, meliloto, vid roja, escina y hamamelis.
Agentes rubefacientes: aumentan la temperatura de la zona de aplicación, activando así la circulación. Cabe destacar nicotinato y salicilato de metilo, mentol, alcanfor y algunos aceites esenciales.
Ingredientes activos sobre el tejido conectivo
Acción reestructurante que mejora el aspecto de la piel. Destacan los despolimerizadores de mucopolisacáridos, los fibrinolíticos que evitan la desnaturalización y desestructuración de las fibras de colágeno y elástina (extractos de algas, manganeso, zinc silicio…) y los renovadores (AHAs, retinoides y enzimas como papaína y bromelaína).
Además de estos ingredientes activos, los anticelulíticos deben constar de ingredientes altamente hidratantes que potencien la elasticidad de la zona donde se aplican, disminuyendo así progresivamente el contorno de las áreas de tratamiento.
La aplicación de cualquier anticelulítico tiene que ir acompañada de un buen masaje con ambas manos, desde la rodilla al muslo con movimientos ascendentes y, a ser posible, en forma de ochos. Además, se aconseja presionar ligeramente la piel para estimular la circulación. En general, se recomienda usarlos 2 veces al día durante ciclos de 3 meses mínimo. Sin embargo, para un buen abordaje de la celulitis deberíamos mantener la aplicación del anticelulítico todo el año, una vez al día y sin interrupciones estacionales. Hay algunas presentaciones intensivas que solo requieren una aplicación, y con esta sería suficiente. El mejor momento para aplicarlos es después de la ducha, y se recomienda combinar con una exfoliación previa de la piel 1-2 veces a la semana, logrando así una mejor penetración del producto.
En cuanto a la texturas, existen emulsiones, geles, sticks, aceites, parches transdérmicos y sprays. Es cierto que actualmente se buscan formulaciones que no aporten grasa como geles, sprays y emulsiones con fase externa acuosa, de rápida absorción y que no aporten grasa. Esto lo que tiene como inconveniente es que se disminuye el tiempo de masaje, y por lo tanto, se resta eficacia. Para aumentar la eficacia del tratamiento, se debe combinar el anticelulítico tópico con complementos alimenticios por vía oral, y por supuesto con unos correctos hábitos higiénicos, dietéticos y posturales. Los complementos alimenticios deben ir enriquecidos con drenantes, venotónicos, antiedematosos, y regeneradores como la centella asiática o el colágeno tipo I, que es el que se encuentra presente en la piel.