- Read Time: 4 mins
Cuando nos encontramos en una situación de estrés, el corazón se nos acelera y nos cuesta respirar. Si el estrés se prolonga en el tiempo, empezamos a sentir fatiga, nos mostramos irritables y nos cuesta concentrarnos. Y si, finalmente, se hace crónico, llega la apatía, las ganas de no hacer nada, la tristeza y la baja autoestima.