El presidente de Fefara, Manuel Roberto Agotegaray, explicó durante su visita que, una de las principales diferencias que existen entre el modelo argentino y vasco de farmacia es que en Argentina la distribución está en manos privadas o en manos de los laboratorios (industria farmacéutica). Cuando la distribución está en manos de los farmacéuticos, se tiene mucho más en cuenta la demanda de la población en cuanto al acceso, la eficacia y la eficiencia del medicamento y no se responde a intereses comerciales como, muchas veces, pasa en Argentina.
En este sentido agregaba el presidente que, cuando la propiedad de distribución farmacéutica está en manos privadas, se privilegian los intereses empresariales sobre las necesidades sanitarias que tiene la población. Se toma al medicamento como un bien de consumo más y no como un bien social y una herramienta sanitaria para que la población pueda o recuperar o sostener o mejorar su salud. A su juicio, otro aspecto importante de una distribución gestionada por los propios farmacéuticos es que toda la rentabilidad que pueda generar la empresa se vuelve a reinvertir en mejorar el servicio y facilitar la vida a la población.