Los datos, que fueron recopilados gracias a la colaboración de más de 300 médicos adheridos a la SEME, indican además un mal uso de los protectores solares. “La mayor parte de los pacientes mayores de 40 años que llegan a nuestras consultas muestran signos de daños provocados por la continuada exposición. Sobre todo, se encuentran afectadas aquellas zonas generalmente olvidadas en la aplicación de fotoprotectores, como cuello, escote y manos”, señala la Dra. Vega, presidenta de la SEME.
Por ello, además de las recomendaciones para el correcto cuidado de la piel, la SEME recalca la importancia de aplicar protectores solares también en estas zonas y recuerda que es necesario su uso ante cualquier situación en la que la piel vaya a estar expuesta -de forma continuada- como, por ejemplo, en la práctica de deportes y ocio al aire libre. Además, subraya la relevancia de una alimentación sana, a base principalmente de frutas, verduras, pescados y legumbres, rica en vitaminas B, C y E. Estas vitaminas favorecen la producción de antioxidantes, que a su vez ayudan a combatir el exceso de radicales libres, los principales responsables del deterioro y envejecimiento prematuro de la piel.
Entre los tratamientos preventivos y de choque para mejorar las zonas ya afectadas por marcas y otros daños estéticos en la piel producidos por el sol, el doctor Morano, portavoz y miembro de la Junta de la SEME, recuerda que “actualmente, contamos con tratamientos orientados a mejorar la hidratación de la piel -como la administración de ácido hialurónico- que consiguen aportarle un aspecto más joven y la aplicación de láseres no ablativos para regenerarla sin necesidad de aportar elementos extraños al organismo”.