Cuando se cumplen casi tres años desde el inicio de la pandemia, la covid persistente ya ha sido reconocida como patología por los organismos oficiales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera covid persistente al conjunto de síntomas que pueden experimentarse a medio y largo plazo tras haber sufrido la fase aguda de covid-19, y estima que entre el 10% y el 20% de las personas afectadas por covid-19 (incluso quienes la atravesaron con síntomas leves o sin síntomas) desarrolla esta afección. Aunque más conocida como “covid persistente”, la denominación dada por la OMS a esta afección es “condición post covid-19”.
Como explica el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “normalmente, la covid persistente comienza en los tres meses siguientes al inicio de la covid-19, con síntomas y efectos que duran al menos dos meses más. En ocasiones, persisten desde la enfermedad inicial, en otras, se manifiestan más tarde y también pueden fluctuar o presentarse de manera intermitente. Esta enfermedad –añade- se manifiesta de manera muy variable, por lo que es importante detectarla para poder abordarla adecuadamente”.
Algunos de estos síntomas son fatiga, malestar general, dolor muscular y articular, debilidad, mareos, fiebre, tos persistente, dificultades respiratorias, diarrea, trastornos del sueño, dolor de cabeza, ‘niebla mental’, problemas de memoria, alteraciones del gusto o del olfato, palpitaciones y alteraciones en los ciclos menstruales. “Como vemos, la covid persistente puede afectar a todo el organismo y, así mismo, originar dolencias de índole psiquiátrica o emocional, como ansiedad y depresión. Hay que tener en cuenta que muchos de los síntomas pueden afectar enormemente a la capacidad de las personas para desenvolverse en su vida cotidiana y, a menudo, empeoran tras el esfuerzo mental o físico”, destaca el experto de Cinfa.
Covid persistente no es lo mismo que las secuelas de covid-19
Como comenta el doctor Maset, “es importante saber que la covid persistente es una dolencia diferente a lo que se denominan ‘secuelas de covid-19’, que son consecuencia de una afectación grave por esta enfermedad, que ha requerido ingreso hospitalario y ha causado síntomas derivados de las complicaciones. En este caso, el paciente más frecuente es hombre, mayor de 70 años, con otras patologías asociadas y en el que existe un daño orgánico o estructural. Por el contrario, la covid persistente afecta más a mujeres, en torno a los 40 años de edad y sin problemas previos de salud importantes”, resume.
Respecto a la causa, no se conoce con exactitud el mecanismo que desencadena la condición post covid-19, pero algunas hipótesis apuntan a que el virus permanece en el organismo, lo que podría volver la infección latente o crónica. Los expertos hablan también de una posible respuesta inflamatoria tardía, conocida como tormenta inflamatoria, que provocaría el virus de la enfermedad inicial. Por último, una tercera teoría sostiene que existirían autoanticuerpos que alterarían la función inmunológica.
No existe tratamiento específico para esta patología, por lo que el profesional sanitario debe valorar los distintos síntomas y la mejor manera de abordarlos terapéuticamente. En cualquier caso, como recuerda la OMS, la prevención contra la covid-19 es la manera más efectiva de combatirla. “Ello incluye la vacunación, respetar las posibles medidas sociales y de salud pública como el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Por supuesto, a ello se suman las pautas de higiene habituales en la prevención de virus como los que causan también la gripe y los resfriados”, recalca el doctor Maset.