El contrato permitirá la compra de la vacuna por parte de todos los Estados miembros de la Unión Europea (UE), así como la donación a países de ingresos bajos y medios. La UE proporcionará financiación inicial para apoyar la ampliación de la capacidad de producción de Sanofi y GSK en Europa. El antígeno y las dosis finales de vacuna se fabricarán en Europa en los centros industriales de ambas compañías ubicados en Bélgica, Italia, Alemania y Francia.
“GSK tiene el compromiso, junto con Sanofi, de fabricar esta vacuna en Europa y de ponerla a disposición de los países europeos. Ambas compañías contamos con una importante capacidad de I+D y producción en Europa, respaldada con el acuerdo firmado hoy. En GSK España nos sentimos muy orgullosos de este logro. En las actuales difíciles circunstancias de pandemia nuestra misión de ayudar a que las personas puedan hacer más, sentirse mejor y vivir más tiempo se hace más presente e importante que nunca”, añade Cristina Henríquez de Luna, Presidenta y Consejera Delegada de GSK España.
“Como Compañía tenemos la misión de contribuir a controlar la pandemia de la COVID-19 y el cierre de este acuerdo para Europa significa un hito muy importante. Una vez se haya demostrado satisfactoriamente la seguridad y eficacia en los ensayos clínicos, esperamos que esta vacuna desempeñe un papel fundamental en la lucha global contra esta enfermedad y en la protección de la población. Tenemos el firme compromiso de proporcionar una vacuna que sea asequible y accesible para el mayor número de personas posibles y desde Sanofi España nos complace poder contribuir al esfuerzo de organizar y activar una solución de suministro para todo el continente”, señala Ignacio Saez-Torres, General Manager de Sanofi Pasteur España.
Sanofi anunció el pasado 3 de septiembre el inició de los ensayos clínicos fase 1/2 y la previsión de comenzar el estudio fase 3 a finales de 2020; la aprobación regulatoria podría solicitarse en la primera mitad de 2021.Gracias en parte al acuerdo firmado hoy, Sanofi y GSK están ampliando la capacidad de fabricación del antígeno y adyuvante para llegar a producir hasta mil millones de dosis al año, contribuyendo de esta manera a elevada y urgente demanda de vacunas frente a la COVID-19 en todo el mundo.