La pandemia provocada por el coronavirus COVID-19 ha acelerado la revolución robótica y la aplicación de la tecnología inteligente en todos los sectores, incluido el sanitario. En China, donde emergió el nuevo coronavirus covid-19 a finales de 2019, los robots sociales se han unido al personal humano para luchar contra la enfermedad. Estas máquinas son capaces de acompañar a los pacientes a la farmacia, realizar un diagnóstico inicial y desinfectar determinadas zonas, evitando así que los trabajadores se contagien. Otros están preparados para entregar comida, sábanas y medicinas a los pacientes que están enfermos para reducir el contacto entre ellos y el personal.
Los robots son programados para recorrer rutas específicas dentro del centro sanitario y evadir diferentes tipos de obstáculos. Están diseñados para limpiar su interior automáticamente, aunque necesitan que los humanos limpien su exterior. Los expertos chinos aseguran que se pueden mejorar, por ejemplo, interactuando con los pacientes para reportar síntomas a los doctores o tratando síntomas del paciente directamente.
Robots sociales y su rol en la actual pandemia
La pandemia provocada por la covid-19 nos ha enfrentado a nuevos retos y escenarios, por lo que muchas compañías han adaptado sus robots para ofrecer soluciones sanitarias. Es el caso del famoso robot semihumanoide Pepper, diseñado con la capacidad de leer emociones y hablar 15 idiomas. Se presentó al mundo por primera vez en una conferencia el 5 de junio de 2014 y se exhibió en las tiendas de teléfonos móviles SoftBank en Japón a partir del día siguiente.
Pepper ha sido adaptado a la situación actual. De este modo, es capaz de distribuir desinfectante, esterilizar espacios, entregar comida e incluso responder a preguntas médicas sobre el coronavirus. La adaptación se ha hecho a través del desarrollo de aplicaciones y la adhesión de sistemas como cámaras térmicas para detectar la fiebre.
En Hungría, hay Peppers que se encargan de recibir a los pacientes en los hospitales. En Alemania, vigilan que nadie vaya por el supermercado sin mascarilla. En Tokio, han recibido y acompañado a pacientes que cumplían cuarentena en hoteles. En Singapur, incluso, existen perros-robot que ayudan a mantener la distancia de seguridad en los parques.
Los robots cumplen tres funciones fundamentales: ayudan a mantener la distancia social asumiendo tareas de los humanos; alivian la soledad de quienes están aislados; y aseguran entornos libres de contagio, monitorizando el uso de mascarillas, por ejemplo.
Si bien este tipo de robots en las farmacias aún no se plantea, y que el trato humano siempre será imprescindible en la atención a los pacientes, la robótica juega un papel fundamental en la agilización de procesos en la farmacia.
Los robots de farmacia
Los robots de farmacia son un sistema automático que permite almacenar y dispensar medicamentos. Cuando el paciente acude a la farmacia y pide un fármaco, el robot lo selecciona en cuestión de segundos, lo localiza y lo deposita en las manos del farmacéutico para que lo entregue al paciente.
La ventaja principal del robot de farmacia es que agiliza el tiempo de atención, pudiendo el profesional realizar un consejo, en lugar de estar buscando el medicamento en el almacén. En la farmacia, cada vez es más frecuente la instalación de robots, independientemente del tamaño de esta. Los robots de farmacia han ganado terreno en los últimos años y, durante esta pandemia, han contribuido, más que nunca, a agilizar los procesos para poder dedicar más tiempo a los pacientes que acudían a la farmacia.
Adaptación de la farmacia a la COVID-19
Desde el inicio de la pandemia, una de las preocupaciones de las farmacias ha sido y sigue siendo cómo adaptar la farmacia a nivel tecnológico y robótico. Más allá de los robots de farmacia, que en estos momentos agilizan la gestión del tiempo y permiten una mejor atención del paciente, hay otros elementos tecnológicos protagonistas para el sector sanitario y farmacéutico para ayudar a prevenir contagios desde el momento en que el cliente entra en la farmacia.
Puertas automáticas: Evitan que los usuarios tengan que entrar en contacto con las puertas o manetas para entrar o salir de la farmacia.
Gestión de turnos: Ayuda a gestionar las esperas, mejora la experiencia, aumenta las ventas, capta nuevos clientes y fideliza.
Pantallas sanitarias: Su función básica es realizar una medición de la temperatura corporal sin contacto, así como ofrecer un emplazamiento publicitario dinámico con publicidad e información cambiante. A la vez, pueden contar con higienizador de manos, para desinfectar y limpiar las manos sin agua cuando los pacientes entran en la farmacia.
Máquinas de cobro automático: Permiten automatizar los pagos y cobros en efectivo, asegurando el control de caja sin necesidad de entrar en contacto con el dinero, algo especialmente importante durante las transacciones que se realizan en el contexto de la pandemia.
Nos encontramos en un momento en el que la farmacia debe estar en constante búsqueda de nuevas soluciones que optimicen la gestión y permitan dedicar a los pacientes el tiempo que necesitan. Desde la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (FEFAC) acompañamos al titular de oficina de farmacia en este proceso, buscando proveedores de servicios, como los mencionados, que den respuesta a sus necesidades.
Artículo por FEFAC