¿Niacinamida, retinol, ácido glicólico? Son muchos los principios activos de moda y con gran prestigio (avalado y demostrado) en el cuidado de la piel. Pero ¿cuál es el acertado para cada tipo de piel?
He aquí la guía definitiva de los mejores principios activos para cada tipo de piel.
Para las pieles secas
“Las pieles secas suelen presentar una falta de lípidos estructurales, por eso deberían utilizar activos que nutran y que, en definitiva, aporten esos lípidos que les faltan a estas pieles. Entre estos activos destacan las mantecas, los aceites, y las ceramidas. Además, en muchas ocasiones, las pieles secas también están deshidratadas, por lo que será interesante aportar sustancias que retengan el agua en la piel y eviten la pérdida de agua transepidérmica”.
“El ácido hialurónico tiene capacidades restauradoras, aumenta el contenido de humedad de la piel, y la defiende contra la pérdida de humedad. Es capaz de retener hasta 1.000 veces su propio peso en agua, lo que lo convierte en un hidratante óptimo para todo tipo de piel, incluidas las secas y sensibles. El escualano es otro activo que reduce la evaporación de agua y ayuda a hidratar la piel, al igual que el ácido poliglutámico, un principio activo natural, derivado de la fermentación de la soja, que tiene propiedades hidratantes”, desvela Belén Acero.
Para las pieles grasas
Las pieles grasas pueden tener también tendencia al acné. En este tipo de pieles lo que se persigue es controlar la producción excesiva de sebo, para que no obstruya los poros y pueda aparecer un brote de acné, mantener a raya los brillos indeseados, mejorar la textura de la piel e hidratar y fortalecer la barrera cutánea para mantenerla sana. Por tanto “principios activos como el ácido salicílico, con propiedades queratolíticas y seborreguladoras, penetra en el interior del poro “disolviendo la grasa” y de esa forma ayuda a controlar la aparición de imperfecciones y, además, mejora las marcas de acné mejorando la textura de la piel”.
“El ácido glicólico también es un buen aliado de las pieles grasas (con tendencia acneica) ya que tiene propiedades exfoliantes que hacen que se renueve la piel, eliminando las células muertas. Por último, el retinol también es una gran apuesta para las pieles grasas porque mejora la textura de la piel, disminuye la producción de sebo, previene arrugas, además de mejorar el tono”, cuenta la farmacéutica Belén Aero.
Para las pieles sensibles
“Para las pieles sensibles, la niacinamida es ideal porque ayuda a reparar la barrera cutánea. Además, la centella asiática tiene propiedades calmantes y cicatrizantes, así como ayudar a mantener la humedad en la piel. Por último, el pantenol es ideal para la sensibilidad cutánea ya que cuenta con propiedades hidratantes, emolientes y antiinflamatorias”, asegura la farmacéutica.
Para las pieles maduras
En el caso de las pieles maduras, nos interesa utilizar activos que promuevan la síntesis de colágeno. Entre ellos, “el retinol es el principio activo antiedad por excelencia: atenúa las líneas finas y las arrugas, mejora el estado de las manchas, aporta mucha luminosidad al rostro e, incluso, controla muy bien los brotes de acné. Sin embargo, en algunos momentos, como el embarazo, su uso está contraindicado y no se puede gozar de sus bondades. Como alternativa, me gusta mucho recomendar el bakuchiol, la alternativa vegetal al retinol, con propiedades similares, pero con aún mucho camino por recorrer para conseguir la misma evidencia científica del retinol”.
“Otros activos que ayudan a nuestros fibroblastos a sintetizar colágeno serían la vitamina C, que además es fundamental para proteger la piel de los radicales libres. También me encanta recomendar péptidos como el Argireline, también conocido como “Botox-like”, que inhibe parcialmente la contracción del músculo haciendo que se contraiga menos, y por lo tanto aparezcan menos arrugas de expresión”, finaliza la experta.