La Curcuma longa es una planta de origen asiático de la familia de las Zingiberaceae. Es comúnmente utilizada como especia en la cultura asiática y, hoy en día, se ha importado a Europa y América con las nuevas tendencias culinarias. Uno de sus componentes principales es la curcumina, responsable de su actividad biológica y de su característico color amarillo. Además, contiene acietes volátiles, fibras, ácidos grasos, polipéptidos, minerales, etc. Sus propiedades medicinales más importantes son: efecto antioxidante y efecto antiinflamatorio.
Son numerosos los estudios publicados sobre la curcumina y su utilización en casos de artrosis y otros procesos reumáticos. Es muy interesante el último metaanálisis publicado en Pain Medicine, una revisión de ocho estudios clínicos publicados sobre esta planta; randomizados, a doble ciego y frente a placebo (606 pacientes en total). Sus principales conclusiones destaca que es una opción a tener en cuenta en artrosis e inflamaciones articulares.
Según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), la artrosis de rodilla tiene una prevalencia puntual del 10,2% y la artrosis de mano del 6,2%. Aproximadamente la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos de artrosis de rodilla, más frecuente en mujeres a partir de 55.