En España existen numerosas medidas para garantizar que los medicamentos que reciben los pacientes son auténticos, pero la más importante de ellas es el ‘DNI’ de cada uno de ellos, un código alfanumérico que figura en cada caja y que garantiza que ese medicamento no ha sido falsificado. Este número, que se graba en las líneas de producción de todos los laboratorios que fabrican medicamentos de prescripción, es verificado en las oficinas de farmacia. Pero los pacientes también deben estar al tanto de que existen estas medidas que garantizan la autenticidad de los fármacos.
“La serialización es el proceso por el que se graban los códigos que se imprimen en cada estuche: un código QR, que incluye información del medicamento, información del producto, el número de lote, la caducidad y un número de serie. Este número de serie es el identificador único de cada producto, lo que podemos llamar el ‘DNI’ de los medicamentos”, explica Rosario Cacho, directora Técnica y de Calidad Corporativa de Grupo Farmasierra.
Así, todas las compañías farmacéuticas tienen sus propios códigos, que son únicos y exclusivos y es imposible que coincidan. “Los laboratorios fabricantes descargamos los números de serie asignados a cada farmacéutica. En nuestro caso, como Farmasierra Manufacturing también trabaja para terceros, descargamos los códigos correspondientes para estos medicamentos”, detalla. Una vez descargados, estos números pasan al sistema informático, que los graba en la última fase de producción del medicamento. “Una vez grabados se devuelven al sistema informático de verificación, señalando que esos números de serie han sido utilizados para tal o cual producto concreto”, explica Cacho.
No obstante, la serialización no es la única garantía de calidad de los medicamentos, “Mediante este código los fabricantes y los farmacéuticos aseguramos que el producto es original. Pero, además, todos los medicamentos que salen de nuestras plantas de producción llevan otra serie de dispositivos que garantizan que los productos no han sido manipulados”, continúa la directora Técnica y de Calidad Corporativa, que detalla: “Todas estas medidas están encaminadas a la protección de la salud pública. Se trata de asegurar que un medicamento fabricado por nosotros va a llegar a los pacientes de forma idónea y que pueden tener una confianza absoluta en el sistema farmacéutico”.
Lucha contra las falsificaciones de fármacos
De esta forma, los sistemas de verificación de medicamentos son el nexo entre fabricantes, distribuidores, oficinas de farmacia y autoridades sanitarias a la hora de garantizar la autenticidad de un producto y evitar falsificaciones. “Esta también es nuestra forma de luchar contra las falsificaciones y contra el daño que pueden suponer. Recuperar la confianza de los pacientes por un impacto negativo producido por un medicamento falsificado es difícil, aunque no hayamos tenido nada que ver”, añade.
No obstante, la directora de calidad del Grupo Farmasierra recuerda que, además de conocer estas medidas, la forma más fácil de garantizar la autenticidad de los medicamentos es la compra a través de los canales adecuados. “Los medicamentos, especialmente los tratamientos de prescripción, se deben comprar en las cadenas de suministro oficiales. La venta en internet está permitida para ciertos productos, pero no para otros, precisamente por el riesgo que pueden suponer”, recuerda. Precisamente, según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), en el año 2021, se llevaron a cabo cerca de 340 actuaciones sobre medicamentos ilegales en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, juzgados y otras instituciones en el país.
Futuro de los sistemas de verificación
En cuanto al futuro de los sistemas de verificación, Rosario Cacho pone el foco en EEUU, donde el laboratorio exporta medicamentos fabricados para terceros gracias a la autorización de la FDA. “En Europa contamos con unas buenas directrices de seguridad, pero EEUU además requiere con otro paso de seguridad, que es la agregación”. Este sistema, además del ‘DNI’ de cada fármaco, asigna un número único a cada caja y cada palé de medicamentos que se exportan, por lo que “se considera un sistema de seguridad mucho más exhaustivo todavía que la serialización”.
“En 2019 entró en vigor el sistema de verificación, y aunque hubo una moratoria para que todos los fabricantes pudieran adaptarse, nosotros ya estábamos preparados, lo cual supuso un gran esfuerzo para nuestras líneas de producción y nuestro equipo informático, concluye.