Planificar los menús, beber abundante agua o no saltarse comidas son algunas de las recomendaciones que realiza la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) en el Día Mundial contra la Obesidad para prevenir dicha enfermedad crónica, que se caracteriza por exceso de tejido adiposo o grasa en el cuerpo. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) se define como obesidad cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 30kg/m2.
La causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas. Y se debe principalmente a la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa y a un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización. Además, influyen otros factores como predisposición genética, la toma de medicamentos como los corticoides y antidepresivos, la presencia de causas endocrinas como hipotiroidismo, síndrome de ovario poliquístico o enfermedad de Cushing, causas psicológicas como la ansiedad, y el entorno social y/o cultural.
Según los Dres. Robin Rivera Irigoin y Jimena Abilés Osinaga, especialistas de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), “Para adelgazar hay que consumir menos calorías de las que se gastan”. Sin embargo, no se puede adelgazar de cualquier manera. La dieta ha de ser equilibrada y ha de aportar una cantidad y una calidad suficientes de proteínas, vitaminas y minerales. Conseguir un peso saludable y mantenerlo no solo se logra haciendo una dieta baja en calorías, sino con un cambio en el estilo de vida que conlleva una modificación en los hábitos de alimentación para lograr una dieta más correcta y equilibrada, y haciendo que el ejercicio físico forme parte de la vida cotidiana. Además, distintos estudios demuestran que aquellos pacientes que siguen regularmente los controles por especialistas obtienen mejores resultados ponderales que aquellos otros que no mantienen ningún seguimiento médico-nutricional”.
Recomendaciones
La base de una alimentación saludable es que sea equilibrada, variada, completa y suficiente. Por lo tanto, se deben tomar diariamente alimentos de todos los grupos nutricionales, incluyendo verduras, frutas, hidratos de carbono (cereales, legumbres, patatas, arroz o pasta), lácteos y proteínas (carne, pescado o huevo). Recomendaciones sobre alimentos: Respetar la cantidad de los alimentos. Planificar menú. Seleccionar alimentos ricos en fibra, como verdura, cereales integrales o fruta sin pelar.
- Preparar siempre los platos de forma sencilla y sin fritos, rebozados, empanados o guisos con muchas salsas.
- Servir la comida en platos pequeños.
- Servir la comida en el plato y no dejar la fuente en la mesa. Al igual con el pan y la bebida: poner en la mesa solo la cantidad recomendada.
- Beber abundante cantidad de agua a lo largo del día. Recomendaciones sobre hábitos:
- Procurar comer siempre en el mismo sitio y sin hacer otra actividad (ver TV, leer…).
- Sentarse en un lugar en el que solo se siente para comer.
- Hacer pequeñas pausas entre plato y plato y levantarse al terminar.
- No saltarse comidas.
- No tener en casa alimentos no recomendados para evitar “la tentación”.
- Realizar compra con lista de lo necesario.
- Revisar etiquetado de alimentos para comprobar sus nutrientes.