El síndrome del ojo seco se caracteriza por síntomas bastante claros e identificables. Los principales son fácilmente reconocibles, siendo los más comunes la sensación de tener un cuerpo extraño o arenilla dentro del ojo, sequedad junto a un enrojecimiento ocular, picor y escozor, lagrimeo en incluso pesadez en los ojos e inflamación de los párpados. Todos estos síntomas suelen ser muy molestos e incapacitantes por lo que poner una solución lo antes posible es el deseo de cualquier paciente.
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos ya ha alertado que esta patología afecta hasta a un 30% de la población, aumentando la incidencia con la edad y siendo aún superior en las mujeres. Y es que, según datos de la Sociedad Española de Oftalmología, cumplidos los 60 años, la incidencia llega a un 80%. De la misma forma, los expertos avisan de que el peligro real no es tanto el aumento en las personas mayores, sino que el síndrome del ojo seco empieza a darse en personas cada vez más jóvenes.
Así pues, no de extrañar que el pasado 2020, esta afección se colocase a la cabeza en las consultas de los centros oftalmológicos. Y así lo afirma la Sociedad Española de Oftalmología, quienes han visto un aumento significativo de casos desde que comenzó la pandemia debido a nuevos hábitos que hemos adoptado en esta “nueva normalidad”.
Mascarillas y aumento del uso de pantallas
Un motivo del aumento del síndrome del ojo seco es el uso de las mascarillas. Su uso continuado para protegernos la boca y la nariz, se crea un flujo de aire directo hacía los ojos de manera continuada que acelera la evaporación de la lágrima provocando síntomas típicos del ojo seco. Los ojos sensibles son los que primero han notado estos efectos, pero no han sido los únicos.
El uso (o abuso) de las pantallas de luz azul (móviles, ordenadores o televisión) también ha supuesto un gran empujón contra nuestra salud ocular, entre otros efectos. El hecho de necesitar más información y el ser la única vía para poder contactar con familiares y amigos, provocó que, en tan solo dos meses, el uso del teléfono móvil aumentase en una media de unas dos horas al día. Aunque, durante los meses de verano estas cifras se relajaron, la vuelta a la rutina y la llegada del mal tiempo y la situación epidemiológica en la que, todavía, vivimos ha devuelto nuestra mirada a las pantallas más tiempo del recomendable.
Además, recluidos en casa, el impacto del ambiente seco que crea la calefacción y después el aire acondicionado fue lo que produjo que personas que, hasta ese momento, no había sufrido este daño lo comenzasen a padecer.
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Una vez aplicadas las gotas Belcils Med, con cada parpadeo, el hialuronato sódico crea una película protectora sobre la superficie ocular. De este modo, se elimina la sensación de sequedad, arenilla e irritación.