La vitamina C es un componente esencial en la síntesis de colágeno. Si no lo consumimos, la producción de colágeno disminuye gradualmente hasta detenerse, una condición conocida como escorbuto. Somos uno de los únicos mamíferos en el planeta que no tiene la capacidad de producir nuestra propia vitamina C, la única forma en que podemos obtenerlo en nuestro cuerpo es a través de la dieta o la suplementación.
El colágeno juega muchos papeles esenciales en el cuerpo, uno de los cuales es mantener la piel joven y saludable. La producción de colágeno de nuestro cuerpo comienza a disminuir a medida que envejecemos, este agotamiento afecta la estructura del tejido de nuestra piel, lo que resulta es una pérdida gradual de firmeza a medida que las arrugas y la flacidez comienzan a aparecer.
Sabemos que el proceso biológico natural de regeneración del colágeno depende de varios factores, siendo las moléculas de vitamina C una de las más importantes. Cuanto más abundante sea la vitamina C en nuestro cuerpo, más abundante será el colágeno en nuestra piel, como lo demostró el estudio clínico. El reto, hasta ahora, ha sido cómo absorber una cantidad suficiente en nuestras células para hacer una diferencia real en nuestra piel. Muchos polvos vitamínicos, tabletas e incluso algunos de los nutrientes contenidos en nuestros alimentos terminan siendo destruidos por nuestro sistema digestivo y eliminados como desechos. Consumir el equivalente a 3.000 mg de vitamina C al día a través de los alimentos sería casi imposible, tendríamos que comer alrededor de 43 naranjas.
Las infusiones intravenosas son geniales, pero pueden ser incómodas, inconvenientes, caras y lentas, lo que llevó a LivOn Labs en EE.UU, a desarrollar la vitamina C liposomal Altrient (también conocida como vitamina C liposoférica).