La mayoría de los profesionales farmacéuticos ha aceptado que los productos homeopáticos son medicamentos que forman parte del arsenal terapéutico del que dispone la oficina de farmacia, no sólo para dispensar las recetas que prescriben los médicos especialistas, sino también para remediar los problemas de salud de los clientes, que agradecen que sus problemas se resuelvan con un medicamento “natural”. Y es que el homeopático es un medicamento seguro, sin efectos secundarios, de fácil recomendación, y que se utiliza como complemento en un tratamiento.
Cambio de modelo
En el contexto de la farmacia, la homeopatía sufrió un cambio de modelo a raíz del Real Decreto-Ley 5/2000, de 23 de junio, de Medidas Urgentes de Contención del Gasto Farmacéutico público y de Racionalización del Uso de los Medicamentos. ¿Por qué? El Real Decreto-Ley 5/2000 supuso una ruptura de la actividad tradicional, que se vio acelerada con la llegada de la crisis económica que comenzó en 2007/2008 y que continuamos sufriendo a día de hoy.
Hablamos de cambio de modelo porque, en este contexto, la homeopatía se ha especializado, abriendo un abanico de posibilidades para obtener rentabilidad en la oficina de farmacia.
Actualmente hablamos de dos grandes líneas dentro de la homeopatía: la que lideran laboratorios como Boiron, llamada “homeopatía clásica”, y la “medicina biorreguladora”, abanderada por Laboratorios Heel. Aunque a diferente velocidad, ambas se han desarrollado en los últimos años, registrando unas tasas de crecimiento de dos dígitos.
Auge de lo natural
El interés del paciente por soluciones naturales para sus problemas de salud no ha parado de crecer en los últimos años, incluso llegando el paciente a “exigir” a farmacéuticos y médicos una solución más “natural”. Este interés por cuidarse y curarse de forma natural es una tendencia imparable que ha favorecido el desarrollo de la homeopatía en nuestro país.
El hito más importante ha sido el paso de la prescripción de productos homeopáticos por parte de los médicos especialistas, los que llamamos “médicos homeópatas”, a ser productos que se han incorporado en el vademécum de pediatras, ginecólogos, oncólogos, médicos de familia, dermatólogos, traumatólogos... Penetrando en todas las especialidades, tanto en la sanidad privada como en la sanidad pública, a pesar de ser medicamentos no financiados. Esto se ha conseguido gracias a la divulgación y el esfuerzo realizado por la industria, que ha desarrollado sus productos, creando la categoría de productos homeopáticos de recomendación y separándolos de los productos más utilizados en prescripción.
También desarrollando todo el marketing encaminado para generar visibilidad en esta categoría, facilitando formación al profesional sanitario, cursos de especialización... Y aumentando su fuerza de ventas para llegar a todas las farmacias posibles.
En un futuro próximo...
A modo de conclusión, me gustaría señalar que el crecimiento de la homeopatía seguirá en los próximos años, eso sí, compitiendo con otros productos naturales, pero con la ventaja de que son medicamentos.
La farmacia siempre va de la mano de sus clientes, y el público es el que ha dado muestras suficientes de que su preferencia son los medicamentos eficaces, seguros, sin efectos secundarios y naturales. Y los productos homeopáticos son los candidatos perfectos.