De hecho, este tema ha llegado al mundo del fútbol femenino, y el equipo del Chelsea, en Reino Unido, ha sido el primer club del mundo en adaptar el entreno al ciclo menstrual de sus jugadoras. De forma pionera, su entrenadora ha decidido medir el impacto de la regla en su equipo hasta llegar a desarrollar un programa de entrenamiento individualizado respecto a este factor y sus consecuencias. “Aunque el funcionamiento del ciclo menstrual suele ser igual para la mayoría de las mujeres, existen factores que afectan de manera diferente a cada una de ellas: menos energías, más o menos dolores, menor intensidad, etc. Es muy importante conocer en profundidad el ciclo menstrual para sacar el mejor partido de nosotras mismas y afrontar los días con el máximo bienestar”, aseguran los expertos de INTIMINA, compañía que ofrece la primera y única gama dedicada a cuidar los aspectos de la salud íntima de las mujeres.
Esta nueva iniciativa pone de relieve que la regla, poco a poco, pasa a ser un tema de debate y deja de ser un tabú. “Estamos consiguiendo una mayor normalización en la sociedad. Somos conscientes de que queda mucho camino por recorrer, pero con actos e iniciativas como estas estamos consiguiendo que la regla se vea como una función biológica completamente normal y natural”, comentan desde INTIMINA.
¿Cómo influye en nuestro cuerpo cada fase del ciclo?
En la primera semana del ciclo (día 1 al 5) viene acompañada del sangrado y de todas las hormonas al mínimo. Es probable que en esta fase se experimenten cólicos, hinchazón, sensibilidad en los senos y fatiga general. Durante esta etapa puede producirse más cansancio y sensibilidad al dolor. Por ello, consumir alimentos ricos en omega 3 y potasio, que tienen efecto antiinflamatorio, pueden ayudar a reducir los calambres en el útero.
Tras esta fase, llega el turno de la folicular o preovulatoria, justo cuando acaba la regla. Durante estos días, los niveles de estrógeno y testosterona aumentan considerablemente, aportando energía y agilidad. En esta etapa, nuestro cuerpo tiene mayor resistencia a la insulina, pudiendo aumentar el consumo de carbohidratos y limitar el de las grasas.
A mitad de ciclo, se produce la ovulación (tercera fase). Durante estos días, se produce una disminución de los niveles de estrógenos y de la testosterona y un aumento de la progesterona por si el óvulo, recién liberado, es fertilizado con el fin de preparar el cuerpo para el embarazo. En esta fase, se puede experimentar somnolencia, relajación y pérdida de energías. Es aquí cuando se necesitan alimentos que regulen y aumenten de forma natural la progesterona, como las legumbres, las nueces y los cereales integrales. Además, es necesario aumentar el consumo de hierro para llenar las reservas, reducir el consumo de carbohidratos (ya que no hay tanta resistencia a la insulina) y evitar las grasas.
En la última etapa del ciclo, llamada fase premenstrual, se produce una reducción drástica de los niveles de estrógeno y progesterona. También, los niveles de serotonina comienzan a descender, provocando alteraciones de humor, tristeza e irritabilidad. En estos días es importante aumentar la ingesta de grasas y disminuir al máximo los carbohidratos. Además, consumir alimentos ricos en fibra y triptófano (aminoácido que regula de forma natural la serotonina y presente en alimentos como pavo, pollo, leche o queso) e incorporar frutas y verdura fresca ayudará a sobrellevar mejor los síntomas que se producen en esta fase.
Tener un mayor conocimiento de las diferentes etapas ayudará a sacar el máximo partido a nuestro cuerpo, independientemente de si se es deportista de élite o no. “Mantener una rutina de ejercicios diaria permite que el cuerpo libere endorfinas, una hormona que aumenta el bienestar y ayuda a acabar con los molestos cólicos menstruales”, aseguran desde INTIMINA.