Se acerca la Navidad, una época donde realizamos comidas más copiosas, con alimentos calóricos ricos en grasas, azúcares o alcohol, sometiendo al cuerpo a una situación “estresante” a nivel gastrointestinal. En algunas personas la formación de gases y flatulencias puede convertirse en una verdadera molestia afectando a su actividad diaria que conlleva incluso la visita a la consulta de un especialista.
Según una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), el 38% de los adultos españoles realiza entre dos y tres comidas extraordinarias durante las fiestas navideñas y siete de cada diez afirma excederse con la comida y la bebida.
En estas fechas comemos por encima de nuestras necesidades y de forma poco equilibrada. Según los datos de INFITO y SEDCA, se calcula que tres de cada cuatro españoles sufren síntomas gastrointestinales como consecuencia de los excesos cometidos durante las celebraciones navideñas.
Una alimentación inadecuada (pobre en fibra alimentaria, así como en frutas y verduras y alta en proteínas animales y grasa) puede ser la causa de la alteración de la microbiota intestinal y la aparición de molestias. Cada vez más estudios, confirman que la dieta desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la diversidad y funcionamiento de nuestra microbiota y el intestino. Una composición variada y correctamente equilibrada de esta microbiota resulta esencial para nuestro bienestar intestinal. Para disminuir o evitar la aparición de estas molestias, los expertos aconsejan seguir una dieta lo más equilibrada posible junto con la realización a diario de ejercicio físico moderado.
Así pues, durante esta época es cuando más tenemos que cuidar nuestra microbiota intestinal, pues juega un papel fundamental en nuestro bienestar digestivo. Incorporar en nuestra alimentación bacterias probióticas puede ser una buena opción ya que nos ayudan a disminuir la probabilidad de sufrir malestar intestinal e infecciones y hacen más llevaderas las comidas pesadas, que pueden producir gases y flatulencias o alterar nuestro ritmo intestinal.