Durante los meses de verano, resulta habitual que se produzca un incremento de las intoxicaciones alimentarias en comparación con el resto del año. Las causas que explican este aumento son principalmente dos: las altas temperaturas y una mayor relajación en el cumplimiento de las normas de higiene en el tratamiento de los alimentos.
Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que un alimento que esté en mal estado puede no ser perceptible por el olfato o la vista. Es en estos casos cuando se deben tener en cuenta la fecha de caducidad o el aspecto exterior en el caso de las conservas.