La resistencia a los antibióticos provoca cada año en Europa alrededor de 25.000 muertes (unas 2.800 en España), e infecciones graves a más de cuatro millones de personas, unas cifras que convierten la búsqueda de nuevos antibióticos y antibacterianos en uno de los problemas de salud pública más acuciantes en la actualidad. Sin nuevos tratamientos para cepas de bacterias resistentes y multirresistentes, en el año 2050 las infecciones podrían acabar con la vida de 10 millones de personas, convirtiéndose en la primera causa de muerte en el planeta.