La mayor dedicación de la mujer a las tareas del cuidado de los demás y domésticas, con el consiguiente efecto negativo en el tiempo dedicado al trabajo productivo, produciendo la brecha salarial y el techo de cristal, es uno de los principales indicadores. Otro aspecto fundamental a tener en cuenta según el especialista es la presión ejercida por parte de los distintos agentes sociales y culturales respecto al canon de belleza femenino.