Este nivel de implantación ha supuesto la disminución en el uso del vale en papel en el pedido de estupefacientes y su sustitución por unos vales electrónicos mucho más seguros, con un dígito de control que garantizará un solo uso, sin posibilidad de reutilización ni en otro pedido ni en otra farmacia.
Para el farmacéutico es un proceso transparente, ya que éste realiza el pedido de estupefacientes desde su programa de gestión; de tal manera que al lanzar el pedido a su almacén proveedor, el programa de gestión se comunica con el Nodo del CACOF que le asigna el vale a cada uno de los estupefacientes que van en el pedido, y de forma transparente para la farmacia es transmitido al proveedor, que al recibirlo se comunica con el Nodo del CACOF que certifica la validez de dicho vale procediendo el almacén a suministrar el estupefaciente solicitado y anotar de forma automática la salida en su libro de estupefacientes. Todo este proceso se realiza en cuestión de segundos.