El estudio ha sido desarrollado por David Herrera, vicepresidente de la SEPA; Rafael Magán, vocal de la Junta Directiva de SEPA; e Isabel Santa Cruz, investigadora de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid. El documento confirma que existe una relación directa entre el número de cigarrillos consumidos, la severidad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento, ya que los fumadores tienen mayores niveles de bacterias patógenas en el periodonto y presentan una disminución de las defensas de la encía. Además, también resulta más común entre los fumadores la recurrencia de la enfermedad y el desarrollo de otros trastornos asociados, como la aparición de leucoplasias en las encías. La evolución descontrolada de la enfermedad periodontal genera pérdida de hueso, además de retracción de las encías o movilidad de los dientes, provocando incluso la pérdida de piezas dentales.
Así, la SEPA recomienda que el fumador abandone este hábito, ya que, según David Herrera, “en tan sólo 4-6 semanas empieza a recuperarse la revascularización de la encía, mejora la respuesta al tratamiento periodontal y se reducen progresivamente todos los riesgos y problemas asociados”. Por este motivo, la SEPA defiende las medidas antitabaco que entrarán en vigor en España a partir del próximo año. Para el fumador que mantiene su adicción, la SEPA insiste en que debe hacerse una revisión más frecuente de sus encías y se debe informar adecuadamente y de forma insistente sobre estos riesgos y limitaciones de la terapia. FV
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