Según los últimos estudios, la prevalencia estimada de obesidad en España se encuentra alrededor del 22%, siendo algo mayor en varones que en mujeres y más prevalente en las regiones del sur y en Canarias. Pero más preocupantes son aún las cifras en niños, donde la obesidad alcanza al 18% de la población infantil. Por eso, “el principal reto al que nos enfrentamos es la prevención de la obesidad, especialmente entre la población infantil, puesto que el concepto de alimentación y estilo de vida saludables están muy distorsionados entre la población general. Consumimos un exceso de productos ultraprocesados y alimentos malsanos, que están presentes a diario en nuestra alimentación, tomamos raciones muy grandes y hacemos poco ejercicio. Y esto es lo que estamos transmitiendo como normalidad a nuestros hijos”. Así lo explica la Dra. Marta Bueno, especialista en Endocrinología y Nutrición y responsable de la Unidad de Obesidad del Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida, durante el 59 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, celebrado estos días en Barcelona.
Lo que sucede es que la familia que comparte genes también comparte comidas y hábitos que probablemente tienen mucha mayor influencia sobre el peso que los genes en sí”, asegura. Asimismo, esta experta explica que: “El cuerpo humano está diseñado para ahorrar energía y mantener las reservas energéticas, de modo que cuando se pierde peso se activan una serie de mecanismos para revertir la situación. Esto hace que la pérdida de peso se estanque y favorece también la reganancia ponderal o de peso”. Base de la diabetes tipo 2 La acumulación excesiva de grasa en el tejido adiposo visceral (el que rodea las vísceras en el abdomen) favorece la aparición de patologías asociadas a la obesidad, como la hipertensión arterial, la dislipidemia, la enfermedad cardiovascular, la artrosis y en especial la diabetes mellitus tipo 2. No obstante, también se asocia con otras patologías cuya relación con la obesidad es menos conocida a nivel de la población general, como el cáncer o la infertilidad. “Las consecuencias no son solo físicas, puesto que las personas con obesidad sufren también situaciones de discriminación a nivel social”.