Un año después de una fractura de cadera, la mayoría de las pacientes no son capaces de llevar a cabo actividades cotidianas como ir al mercado o conducir, y no vuelven a recuperar la independencia tras una fractura. De las personas que no fallecen, el 40% no pueden caminar por sí mismas y el 59% todavía requiere de ayuda pasado un año. Solo un 20% de los casos acaba con el fallecimiento del paciente. La posibilidad de sufrir una fractura aumenta con la edad. Las fracturas osteoporóticas más frecuentes son en vértebras, cadera y muñecas.
Riesgo de fractura
Las causas más frecuentes de osteoporosis son: tener antecedentes familiares, deficiencia de estrógenos —en particular en las mujeres con menopausia—, haber tenido una fractura previa, escasa actividad física y una alimentación pobre en calcio y/o vitamina D. La osteoporosis también puede estar relacionada con algunas enfermedades endocrinas o la administración prolongada de algunos medicamentos. El alcohol, el tabaco o el sendetarismo también son factores que incrementan el riesgo. La osteoporosis puede tratarse y las fracturas se pueden evitar. Con una buena adherencia y tratamiento adecuado, las personas pueden mejorar la salud de sus huesos y así mantener su ritmo de vida. Tratar la osteoporosis reduce entre un 50 y un 70% el riesgo de fractura.