El Dr. Borja Corcóstegui, fundador y director médico del Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona (IMO), ingresó ayer como Académico de Número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), en una sesión oficial encabezada por el Dr. Alfredo Rocafort Nicolau, presidente de la institución, y a la que acudieron más de 200 asistentes. Corcóstegui, Doctor en Medicina y Cirugía, pionero en la introducción y desarrollo de la vitrectomía en Europa y precursor en la unión de la investigación clínica y genética en el campo de la retina, obtiene este cargo –que ocupan actualmente 95 miembros distinguidos– tras haber sido reconocido el mismo año, también como Académico Numerario, por la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya (RAMC).
En opinión del Dr. Pedro Clarós, otorrinolaringólogo y vicepresidente de la Junta de Gobierno de la RAED que ofreció el discurso de contestación a la exposición de ingreso del Dr. Corcóstegui, “su incorporación a la institución nos aporta mayor posibilidad para tratar de lograr nuestro fin, que es servir a la cultura y su difusión”.
Según la RAED –que cuenta con miembros del ámbito de de las ciencias sociales, de la salud, humanas, experimentales y tecnológicas– “se alcanza a ser académico desde la sedimentación de una biografía científica ya en plena madurez intelectual y en plena capacidad magisterial de docencia e investigación”, lo que en el caso del Dr. Corcóstegui es un hecho fehaciente. Avalado por más de 30 años de trayectoria impecable, ha contribuido al desarrollo de la oftalmología barcelonesa con una destacada proyección fuera de nuestro país.
Una moneda al aire y la motivación de un padre
Para su ingreso en la RAED, Corcóstegui preparó el discurso “La conquista del fondo del ojo”, tema que abordó realizando un recorrido por los progresos más destacados en este campo, desde la invención del primer oftalmoscopio, hasta modernas técnicas de exploración, como la OCT (Tomografía de Coherencia Óptica).
Durante su intervención, el oftalmólogo explicó detalles y anécdotas curiosas y desconocidas para la mayoría, ligadas a algunos de los avances más destacados en su campo, como a la primera angiografía fluoresceínica. Según relató Corcóstegui, Harold Novotny y Davis Alvis, dos jóvenes estudiantes de medicina, empezaron a trabajar, en 1959, en un proyecto financiado por las Fuerzas Aéreas americanas para estudiar la circulación retiniana (por aquel entonces desconocida) como parte de la circulación cerebral. Haciendo fotografías del fondo de ojo, descubrieron que se producía una cierta fluorescencia en la lente cristalina de la cámara, lo que les hizo pensar en la posibilidad de recoger esa fluorescencia de los vasos sanguíneos de la retina usando alguna sustancia fluorescente. A partir de esta idea, desarrollaron una técnica que primero fue testada en conejos y con la que luego decidieron experimentar ellos mismos: lanzaron una moneda al aire y a Alvis le tocó ser el paciente y a Novotny el examinador. Así se realizó la primera angiografía fluoresceínica en humanos, una prueba diagnóstica que, aunque inicialmente fue rechazada por la literatura oftalmológica, cambió el entendimiento de las enfermedades del fondo de ojo.
Asimismo, el flamante académico explicó también la historia personal y motivaciones que llevaron al introductor de las fotografías de campo amplio de la retina a promover este avance. Según Corcóstegui, con 5 años, Leif Anderson sufrió un desprendimiento de retina que le hizo perder la visión en un ojo, ya que fue diagnosticado de forma tardía. Aunque se sometía a controles regulares, las pruebas eran muy tediosas y realizar una exploración completa resultaba difícil. Esto fue lo que motivó a su padre, Douglas Anderson, a desarrollar un instrumento que permitiera detectar las lesiones retinianas en los niños, desde los primeros estadios y sin necesidad de dilatar la pupila. De ahí surgió un equipo (lanzado al mercado en 1999) que era capaz de de hacer una fotografía del 80-90% de la superficie de la retina en una única captura, frente al 5-30% de las técnicas convencionales. Hoy en día, los sistemas de campo ultra amplio son fundamentales en las consultas y, para satisfacción del ingeniero escocés, permitieron que su hijo no quedara ciego tras un nuevo desprendimiento de retina en el otro ojo a los 21 años, que fue detectado inmediatamente con una fotografía realizada por su padre.
Galardonado por EURETINA
Pocos días antes de su ingreso como Académico de Número de la RAED, la Sociedad Europea de Especialistas de Retina (EURETINA) premiaba al Dr. Corcóstegui con el galardón Gisbert Richard Lecture, con lo que el oftalmólogo se convierte en el primer receptor de esta distinción después de que en 2016 recayera en el fundador y primer presidente de EURETINA, el Dr. Gisbert Richard. Con motivo de este reconocimiento, el director médico de IMO impartió la conferencia magistral “Seleccionando la técnica quirúrgica adecuada para el desprendimiento de retina”, uno de los momentos más destacados del congreso anual de la sociedad, en el que expuso las principales opciones quirúrgicas para tratar esta enfermedad, destacando la cirugía escleral, la vitrectomía primaria, la retinopexia neumática y la cirugía escleral combinada con vitrectomía. “No todos los desprendimientos de retina son iguales, por lo que no todos pueden ser tratados del mismo modo”, indicó el Dr. Corcóstegui, quien compartió claves y casos clínicos con sus colegas europeos. Según remarcó, “la selección de la técnica correcta, cuya eficacia siempre está relacionada con la experiencia del cirujano, marca el resultado de la operación”.