La vuelta al trabajo tras las vacaciones, el fin de la jornada intensiva o el simple hecho de retomar la rutina tras unos días de desconexión durante el verano hacen que el mes de septiembre traiga con él un aumento significativo de los casos de estrés en el trabajo y en consecuencia, el incremento del riesgo de padecer acúfenos.
El estrés laboral es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo más frecuente en Europa según un estudio realizado por La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo1 en el año 2015. En España se estima que más del 59% de los trabajadores sufren esta afección. El estrés puede ir acompañado de síntomas físicos y psicológicos como taquicardias, malestar estomacal, sudoración excesiva, disminución de la concentración… así como de un aumento en la probabilidad de sufrir problemas auditivos como los acúfenos o tinnitus. Esta dolencia se conoce comúnmente como la percepción de un sonido en el oído sin que un estímulo externo los provoque. Se aproxima que en España 3,5 millones de personas los sufren y los cambios en los hábitos de vida de la sociedad y la situación laboral actual hacen que esta afección haya aumentado en los últimos años. Empresarios, comerciales, ingenieros, banqueros o ejecutivos sometidos a grandes presiones y situaciones de incertidumbre son algunos de los perfiles que con mayor frecuencia acuden a centros especializados en el tratamiento de acúfenos. En la mayoría de los casos esta dolencia se debe a una suma de varios factores y pese a que los acúfenos pueden presentarse a cualquier edad y en cualquier sexo, su incidencia se incrementa con los años, siendo más habitual su aparición a partir de los 45 años, momento en que se suele alcanzar puestos de alta responsabilidad laboral.
“En nuestra sociedad, el estrés, la ansiedad o el cansancio son factores clave para la aparición de los acúfenos“, declara el doctor Martinez- Monche, director médico del centro especializado en acúfenos, OTOTECH. “Además, el ruido ambiental de las ciudades provoca una mayor sensibilidad en la capacidad auditiva y afecta a su buen funcionamiento”, de este modo, las oficinas en el centro de grandes ciudades o el trabajo en fábricas puede poner en jaque la salud auditiva de sus trabajadores y agravar la situación provocada por el estrés. Asimismo, el consumo de sustancias tóxicas como el tabaco para lidiar con las situaciones de estrés así como el consumo de sustancias estimulantes como el café para superar el cansancio, aumentan todavía más las probabilidades de que se pueda llegar a dar esta afección.
El estrés en pacientes con acúfenos
Una vez un paciente experimenta un acúfeno, su nivel de estrés puede aumentar aún más. Según un estudio realizado en pacientes con acúfenos por el centro OTOTECH, el 44% de las personas con esta afectación declaraba sentir empeorar su acúfeno durante situaciones de estrés y el 42% declararon sentirse irritados a causa del mismo. Pese a todo, el estrés no solo se vincula al ámbito laboral, sino que el hecho de verse superado por los acontecimientos del día a día, así como retomar las rutinas de los niños o modificar los hábitos del sueño… pueden ser también factores clave para la aparición del estrés y en consecuencia, de los acufenos.
“Es imprescindible acudir a un especialista al menor signo de disfunción auditiva”, insiste el doctor, quien advierte de la importancia de la detección precoz para evitar el agravamiento del problema y por tanto, una pérdida grave de la calidad de vida. “Aproximadamente un 45% de los pacientes con acúfenos reportan una pérdida de audición, que en muchos casos es irreversible”, concluye.