Barcelona, 26 de agosto de 2017-. Las mujeres con fibrilación auricular (FA) tratadas con intervencionismo coronario y anticoagulantes podrían estar infratratadas respecto a los hombres porque tienen más factores de riesgo y por lo tanto peor pronóstico, según se desprende del estudio presentado en el Congreso Europeo de Cardiología.
El objetivo de este estudio multicéntrico prospectivo, que incluyó a 1.021 pacientes, de las cuales 253 eran mujeres con FA, era comprobar si había diferencias en cuanto al sexo respecto a los eventos adversos, es decir, sufrir un ictus o un exceso de sangrado. Para ello se les hizo un seguimiento durante un año.
“Vimos que las pacientes tenían el doble de riesgo tromboembólico y hemorrágico estimados por los marcadores CHA2DS2-VAS y HAS-BLED respectivamente siendo estos marcadores superiores a los hombres. Sin embargo, el tratamiento antitrombótico que habían recibido no era diferente, excepto en que un número menor de mujeres habían tomado los anticoagulantes orales de acción directa (ACODs)”, explica la Dra. Antonia Sambola del Servicio de Cardiología del Hospital Vall d’Hebron y una de las autoras del primer estudio sobre las diferencias en cuanto el sexo de eventos isquémicos y hemorrágicos después de recibir tratamiento con anticoagulantes.
Mejorar el control de la anticoagulación
Como señala la Dra. Sambola, “las mujeres recibieron con menor frecuencia tratamiento anticoagulante y específicamente, menos ACODs. En algunos casos, no se les indicó anticoagulación y por ello tuvieron mayor incidencia de ictus, mientras que en otros casos, probablemente recibieron una dosis inadecuada de anticoagulación y sangraron con más frecuencia”.
Y es que la anticoagulación es un tema complejo, que depende de muchos factores, por lo que debe ser ajustado con más precisión en el caso de las mujeres como se desprende de esta investigación. “Estos resultados demuestran que se debería adecuar mejor el tratamiento a las características de las mujeres, haciendo un mayor uso de los anticoagulantes de acuerdo a sus parámetros tromboembólicos y hemorrágicos. Además, en nuestra población, las mujeres tienen un peor perfil de riesgo cardiovascular y de sangrado, ya que tienen más hipertensión, más diabetes e infartos agudos previos con más frecuencia que los hombres por lo que el tratamiento debería ser un diferente”. En este sentido, la Dr. Sambola apunta “las recomendaciones para estas pacientes es que hay que anticoagularlas con mayor frecuencia de lo que se hace y en las pacientes con un mayor riesgo de sangrado, ajustar mejor el tratamiento antitrombótico”.
Como concluye la especialista, “probablemente, en las mujeres el uso de los nuevos anticoagulantes orales de acción directa sean más protectores en cuanto a evitar el sangrado, pero no lo sabemos. Es una hipótesis. A muchas mujeres no se les anticoagula porque son mayores y piensan que se van a caer y tienen más ictus”.