En la actualidad 25 millones de españoles utilizan gafas o lentes de contacto y en verano, es más importante que nunca extremar los cuidados de estos elementos. Con el buen tiempo y las vacaciones se pasan más horas fuera de casa, exponiéndose a una gran cantidad de agentes externos, como la arena de la playa o el cloro en las piscinas que pueden hacer mella en la salud visual.
Cuidado de las lentillas:
En el agua: En las piscinas existen métodos de desinfección, pero el agua es el principal medio de supervivencia de numerosas bacterias, por lo que se debe tener mucho cuidado a la hora de utilizar lentillas. En verano, son recomendables las lentillas de uso diario, ya que no necesitan líquidos de mantenimiento y se desechan diariamente. Otra recomendación es utilizar gafas de buceo cada vez que nos vayamos a sumergir.
El calor: El calor provoca que la lágrima se evapore con más facilidad, que los ojos se sequen y las lentillas se adhieran a ellos. Para evitar esta sensación tan incómoda, la mejor solución son las lágrimas artificiales con ácido hialurónico y sin conservantes.
La arena: Cuando se va a la playa con lentillas hay que tener cuidado con la arena y con otras sustancias suspendidas en el aire, ya que pueden entrar en los ojos y ocasionar molestias. Lo que debe hacerse en estos casos es retirar la lente, limpiarla con una solución especial para lentillas y volver a colocarla en su lugar. Esta situación puede solventarse también mediante el uso de gafas de sol.
Horas de uso de las lentillas: Las lentillas no se pueden utilizar por un tiempo indefinido. Será el profesional óptico quien determine, tras una completa exploración, el uso correspondiente de cada paciente. La utilización que se aconseja es de 8 horas continuadas; pero dependerá del tipo de lente de contacto y de la tolerancia de cada ojo. Si se quieren utilizar más horas al día, se podrán hacer descansos; por ejemplo utilizarlas 8 horas, un descanso de 1 hora y a continuación otras 8 horas de uso.
Cuidado de las gafas:
- Lo que más debe cuidarse de las gafas son los cristales. Antes de limpiar las gafas en seco, se deben mojar con agua dulce o con un líquido especial para ello. A continuación, la mejor opción es limpiarlas con una gamuza de microfibra. Si no se tiene la posibilidad de llevar a cabo estos pasos se puede soplar sobre los cristales, aunque este gesto no asegura la retirada total de las partículas de arena, por lo que se recomienda no frotar en exceso. El salitre es recomendable limpiarlo siempre en mojado.
- No se deben utilizar productos como el alcohol o la colonia para limpiar las lentes. Tampoco se deben emplear jabones quitagrasa, ya que no dejan de ser químicos que acabarán destruyendo los tratamientos de las lentes; como el espejado o el antirreflejante.
- No se deben colocar las gafas de sol sobre la cabeza. Este gesto es algo muy cómodo que realizan muchas personas, pero se debe saber que puede contribuir, no solo a que se raye el cristal de las mismas, sino también a que las varillas de la montura se desajusten.
- No se deben exponer las gafas a temperaturas extremas.
- Evitar el roce de los cristales con superficies duras y rugosas.
- Se deben colocar en un estuche rígido y siempre con los cristales hacia arriba, de manera que las gafas queden perfectamente posicionadas y su estructura no sufra ningún tipo de daño.