Hablamos de un riesgo de problemas auditivos que puede aumentar hasta un 80% si se trata de entornos laborales ruidosos. El Instituto Karolinska de medicina medioambiental de Estocolmo es quien ha realizado el estudio. Ha proporcionado pruebas de que las embarazadas deberían evitar estar expuestas a niveles altos de contaminación acústica.
Jenny Selander, la directora del estudio, ha afirmado que las mujeres que están embarazadas no deben estar expuestas a niveles sonoros que superen los 80 dB (decibelios) para así poder evitar futuros problemas de audición del feto.
Jenny Sealander también añade que, a pesar de que las mujeres embarazadas usen protectores auditivos, no son efectivos ni crean una barrera para los fetos. Además. cabe destacar que el Institut Marqués de Ginecología, Reproducción Asistida y Obstetricia ha realizado un estudio que afirma que los fetos pueden oír música si se emite desde la vagina de la madre.
Este estudio clínico añade además que cuando el sonido que queremos hacer llegar al feto, se le transmite a través del abdomen de la madre, el feto no oye casi el sonido ya que el motivo es que los tejidos blandos del abdomen y la parte interior del cuerpo de la madre absorben constantemente casi todas las ondas sonoras. Por ello, el feto lo escucha como si se tratara de un pequeño susurro y de forma muy distorsionada. En cambio, si la música es emitida desde la vagina, se ha demostrado que el 87% de los fetos mueven alguna parte del cuerpo como la boca o la lengua y además, casi el 50% sacan la lengua fuera, lo que significa que realizan movimientos de vocalización previos a la adquisición del lenguaje.