Subraya el especialista que han de contemplarse unas pautas básicas para el viaje. Así, puntualiza que las medicinas tienen que ir en la bolsa de viaje y no en el equipaje facturado. Asimismo, “los medicamentos tienen que estar debidamente etiquetados y llevar el prospecto y no hay que olvidar la medicación habitual junto con su historial médico (a ser posible en inglés si se viaja a otro país) donde conste las patologías y los medicamentos que habitualmente necesita, junto a su posología”.
Cuando un viajero afronta un destino de dudosas condiciones higiénico sanitarias, el médico de Trabajo de IMQ detalla un botiquín específico que ha de incluir pastillas potabilizadoras de agua o lejía domestica para la desinfección de alimentos (dosis recomendada por el fabricante); antidiarreicos y laxantes; gorro, pañuelo para el cuello o similar para la protección del polvo y arena en la boca; evitar, en lo posible picaduras e infecciones cutáneas con mosquiteras e incorporar alguna pomada con corticoide, antihistamínico y/o antibiótico.
Además, el botiquín ha de incluir guantes desechables para reducir el riesgo de infección cuando se realice una cura, venda elástica, polvos antifúngicos y medicación antimalárica si se viaja a países donde la malaria es endémica. En el caso de las personas diabéticas, Jon de la Huerta detalla un botiquín de viaje que ha de añadir a los elementos habituales un medidor de glucosa, tiras y lancetas en cantidad más que suficiente, baterías de repuesto; la medicación habitual (insulina y agujas, antidiabéticos orales...) en cantidad suficiente.
En aquellas personas que utilicen set de infusión han de incorporar recambios más que suficientes y bolígrafos de insulina para utilizar en caso de tener problemas técnicos con el infusor. Asimismo deben incorporar al set de viaje al menos dos kits de glucagón y alimentos que contengan hidratos de carbono de absorción rápida (zumos, bebidas azucaradas) y lenta (galletas, barritas), así como una tarjeta de identificación con los datos médicos completos (tipo de diabetes, tratamiento actualizado, teléfono de contacto, tarjeta sanitaria, etc.). Esto es importante para que no le pongan pegas en los controles aduaneros de los aeropuertos.
En lo concerniente al botiquín del viajero alérgico, éste debe incorporar “antihistamínicos orales, inhaladores/broncodilatadores, en caso de tener síntomas respiratorios asociados a la alergia, antihistamínicos tópicos a nivel ocular o nasal que reducen los síntomas a esos niveles y en personas que tengan reacciones alérgicas graves conocidas, adrenalina inyectable”.
Todas estas especificidades vienen a sumarse a las características propias del botiquín básico del viajero, “indicado cuando viajamos a zonas con farmacias y hospitales de fácil acceso”. Puntualiza el experto que ha de llevarse “apósitos estériles, tiritas –varios tamaños-, venda, esparadrapo y otro material para realizar pequeñas curas y atender cortes, heridas y rozaduras. Además, se llevarán tijeras, pinzas e imperdibles, considerando que los elementos punzantes o cortantes deben llevarse en una maleta y no pueden transportase en la cabina del avión.