Síntomas como irritabilidad, insomnio o ansiedad que se manifiestan tras la vuelta al trabajo después del periodo estival de descanso dependen en gran medida de la satisfacción que se obtiene del trabajo, del regreso a horarios estrictos o del retorno a la rutina, entre otras circunstancias. Además, es más fácil que se produzca en profesiones que tiene que estar en contacto directo con las personas, de cara al público como profesores, comerciales, periodistas, etc. Esta situación responde a un estado de ánimo más bien negativo entre los trabajadores que vuelven a sus puestos y que tiene que ver con el nivel de insatisfacción. Es, por tanto, un malestar "transitorio y breve" que no requiere de atención médica ni de un tratamiento farmacológico, sino de un enfrentamiento a la realidad y de aceptación de la nueva situación.
ESTABLECER LA RUTINA
Los niños también se encuentran expuesto al síndrome postvacacional ya que "volver al colegio supone un cambio y los cambios siempre se estabilizan cuando se normaliza la situación". En este caso se suelen mostrar más nerviosos o intranquilos. Ante esta situación, se recomienda conservar la calma y mantener la paciencia con el niño, ya que los niños son como esponjas y siempre captará el nerviosismo de sus padres con lo cual seguirán alterados. Entre otros consejos, se señala que hay que dialogar con el niño y recordarle todos los aspectos positivos de los que va a disfrutar en el colegio, asimismo es conveniente que el niño empiece con las rutinas escolares -tanto horarios, sueño, comidas, estudio, etc.- una semana antes de la vuelta al colegio. FV