El blanqueamiento dental es un tratamiento estético que hoy en día cuenta con una muy amplia demanda, sobre todo en la época primaveral y estival. Una sonrisa más blanca da sensación de salud, frescura y juventud. Pero el blanqueamiento dental siempre requiere que su explicación, prescripción y evolución estén supervisadas por un dentista, a pesar de que en algunas ocasiones son los propios pacientes quienes intentan hacerlo por su cuenta, sin la vigilancia de un profesional.
Por esta razón, el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM) alerta de que los dientes son órganos vivos con sistema nervioso, circulatorio y linfático, por lo que todo blanqueamiento debe estar supervisado por un dentista que vele por la salud e integridad de nuestra dentadura.
“Desde el COEM insistimos en que solo los dentistas tenemos el conocimiento, la formación y la destreza para poder diagnosticar, indicar y manejar un blanqueamiento dental. Aunque existen otros profesionales que trabajan en el ámbito de la Odontología, solo los dentistas pueden y deben prescribir un tratamiento dental”, señala el Dr. Bruno Baracco, odontólogo experto en estética dental y vocal de la Junta de Gobierno del COEM.
En este sentido, los trucos “caseros”, el mal uso de productos para el blanqueamiento y el desconocimiento de los usuarios, pueden causar efectos secundarios graves en la salud bucodental del paciente. “Muchos de estos ‘trucos’, aunque eliminen las manchas de los dientes, contienen partículas de mayor grosor, que aceleran el desgaste de nuestro esmalte”, afirma la Dra. Isabel Giráldez, odontóloga experta en estética dental y colaboradora de la Fundación COEM.
Once consejos y recomendaciones
- Controlar los alimentos que consumes: Existen ciertos elementos de nuestra dieta que contribuyen a manchar los dientes, por lo que su consumo debe ser controlado. Entre estos se encuentran: té, vino tinto, vinagre balsámico, salsa de soja, café, frutos rojos ricos en taninos (granadas, arándanos o uvas), bebidas de cola y colorantes artificiales.
- Prescindir de hábitos nocivos: el tabaco no solo empeora el color de los dientes, sino que es un enemigo enorme para la salud oral y general.
- Vigilar el consumo de suplementos nutricionales o complementos alimentarios: determinados productos de nutricosmética pueden manchar el esmalte dentario, como el propóleo, el betacaroteno y los concentrados de antioxidantes.
- Saber que los medicamentos también manchan los dientes: algunos fármacos son culpables de que los dientes puedan perder su color ideal, como la administración de hierro o el uso continuado de enjuagues de clorhexidina.
- Acudir al dentista cuando se quiera hacer un blanqueamiento dental: recuerda que los tratamientos para el blanqueamiento dental deben estar siempre prescritos por un dentista. Existen determinadas patologías bucodentales, como la caries o la necrosis, que desaconsejan la realización de un blanqueamiento porque éste no hará efecto o, incluso, puede empeorar la situación.
- Recordar que un blanqueamiento bien hecho puede durar años: un tratamiento de blanqueamiento dental puede durar muchos años si se realiza correctamente. Desechar la idea de que, como muchos tratamientos estéticos, es algo deba realizarse con asiduidad.
- Seguir rigurosamente las pautas del dentista durante el tratamiento: evitar las bebidas y alimentos que puedan teñir los dientes cuando un paciente se está sometiendo a un tratamiento de blanqueamiento.
- Comprender que no existen remedios “mágicos”: muchos de estos trucos “caseros”, como usar bicarbonato o agua oxigenada, aunque eliminen las manchas de los dientes, contienen partículas de elevado grosor que aceleran la abrasión de nuestro esmalte. Asimismo, cualquier producto que aplique calor directamente al diente puede provocar necrosis pulpar (muerte del nervio).
- Cuidar el esmalte dentario: la pérdida de esmalte dentario resulta irreversible, por lo que se debe cuidar para no dañarlo. Buenas técnicas de higiene oral, controlar el bruxismo y visitar al odontólogo nos ayudarán a preservarlo.
- Comprender que los tratamientos de blanqueamiento son absolutamente seguros y fiables: siempre que sea administrado y supervisado por un dentista.
- Mantener una higiene bucodental adecuada: es necesario cepillarse los dientes tres veces al día con una pasta fluorada, usar seda dental y limpiarse la lengua para mantener una higiene oral completa.