Aunque son muchos los síntomas que pueden aparecer en las primeras fases de esta enfermedad, en la mayoría de los casos los pacientes cursan con dolor, pesadez, calambres nocturnos, sensación de tumefacción y prurito en los miembros inferiores, que empeoran con el calor. Si la IVC no se trata correctamente puede progresar hacia fases más graves, con trastornos tróficos, que pueden derivar en úlcera de los miembros inferiores.
Por esta razón, el objetivo de esta nueva propuesta formativa es apoyar la labor de los profesionales farmacéuticos para mejorar así su conocimiento en esta patología y facilitar una mejor atención a los usuarios en la oficina de farmacia. Según datos de la propia SEFAC, la insuficiencia venosa crónica es un problema de salud que supone a diario un número importante de consultas en la farmacia comunitaria. En este sentido, los farmacéuticos pueden desarrollar una labor clave en el cuidado diario y la promoción de la salud de los pacientes, como primer eslabón de la cadena sanitaria.
