Este método recibe el nombre de Bioimpedancia y es utilizado para hacer el cálculo de grasa corporal sobre la base de las propiedades eléctricas de los tejidos biológicos. Desde las Clínicas Mato Ansorena cuentan todo sobre este nuevo procedimiento clínico.
La Bioimpedancia se trata de un método seguro, preciso, económico y no invasivo que aporta datos sobre la composición corporal de una persona para valorar cuáles son las necesidades y requerimientos nutricionales de cada persona, entre otras utilidades.
Las básculas utilizadas en el proceso de Bioimpedancia poseen un generador de señales de alta frecuencia, así como un detector de precisión.
La resistencia al factor eléctrico presente en la báscula, dependerá del agua contenida en el organismo de cada paciente, la cual posee una proporción constante en la masa corporal. Tomando este dato y uniéndolo a otros como el sexo, la edad y la estatura del individuo se puede calcular la masa corporal de todo el cuerpo.
La Bioimpedancia en posición vertical permite medir la masa muscular de los miembros inferiores, que representan entre el 32% y 45% del total en una persona, sin importar el peso.
Este método se utiliza en la actualidad con personas que tienen entre 16 y 70 años, aunque no es útil realizárselo a un menor, ya que la cantidad de agua de su cuerpo, así como su estatura, varían durante la etapa de crecimiento.
La Bioimpedancia produce resultados erróneos en personas que padecen edemas en sus miembros inferiores, así como en aquellas que se someten a diálisis y las afectadas por disformismo.
Para los deportistas que realizan culturismo físico y tienen hipertrofia aislada en los músculos no es adecuado este tipo de tratamiento.
La Bioimpedancia no puede ser aplicada a personas que utilicen marcapasos o estimuladores cardíacos.
La medición mediante Bioimpedancia se realizará una vez por semana y 15 minutos después de levantarse. Si se lleva a cabo en un centro médico, el paciente deberá realizar un ayuno de 5 horas antes de la sesión.
Este tipo de terapia puede llegar a pronosticar riesgos en la salud que estén relacionados con el estado de nutrición, optando así a un tratamiento adecuado antes de que el cuadro clínico se agrave.
