González Díez considera que el papel del farmacéutico como agente de salud se extiende “más allá del tratamiento farmacológico”. En este sentido, “es importante que el farmacéutico conozca su papel y lo ejerza potenciando la responsabilidad de sus pacientes en el cuidado de su salud”, destacó Díez.
El farmacéutico de oficina de farmacia está en una situación óptima para realizar actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad ya que tiene un acceso a la población más cercano que otros profesionales sanitarios. El presidente del Colegio, puntualizó que “requiere un desarrollo de conocimientos, actitudes y habilidades que no pueden improvisarse, sino que, por el contrario, deben ser cuidadosamente programados para que realmente cumplan su objetivo”.
El farmacéutico está en condiciones de promover el uso racional de los medicamentos, combatir el tabaquismo, la hipertensión o el sobrepeso, realizar cribados para conseguir diagnosticar precozmente la infección por VIH o el cáncer de cólon, aconsejar sobre fotoprotección, higiene bucodental, dar información y recomendaciones en vacunación.
El presidente del COFM admite que la sociedad demanda mayor proactividad en la labor asistencial del farmacéutico de oficina de farmacia, en la provisión de servicios y una mejor comunicación de sus actividades. Por eso, el Colegio de Madrid trabaja para encontrar el equilibrio entre la faceta más comercial de la farmacia y la visión del farmacéutico como agente de salud, concluyó Luis González Díez.