La voluntad de colaboración en estos tres ámbitos parte de la coincidencia de ambas partes en el “reconocido papel” que la Oficina de Farmacia ha tenido en la sociedad durante muchas décadas, “dispensando a la población las sustancias naturales o químicas que podían paliar su enfermedad según los conocimientos científicos de cada época”, así como en la apreciación de la necesidad y oportunidad de potenciar la actuación farmacéutica en los nuevos desafíos que enfrenta el sistema público de salud, favorecida “por el impulso normativo de las Administraciones Públicas y por la iniciativa del colectivo profesional farmacéutico”.
Desde esa base y punto de partida común, la Consejería de Salud y el CACOF desarrollan las posibilidades de colaboración en tres ámbitos concretos. Así, y en relación con la política de desarrollo profesional, el convenio recoge la posibilidad de colaboración en el “estudio y definición de criterios para el desarrollo profesional, evaluando las necesidades de formación continuada, promoviendo el desarrollo profesional y la incorporación, una vez probada su eficacia, de nuevos servicios profesionales que además de la dispensación de medicamentos y productos sanitarios, pudieran realizar los farmacéuticos en el ámbito de la vigilancia y promoción de la salud”.
En el capítulo de acciones complementarias a la gestión clínica, el acuerdo establece la posibilidad de avanzar en la coordinación con los servicios de salud y sociales en los distintos niveles asistenciales, “especialmente con los dispositivos de Atención Primaria del Sistema Sanitario Público de Andalucía, aprovechando el potencial y la capilaridad de la red asistencial de oficinas de farmacia para conseguir una atención accesible y de calidad”.