Gema García Gálvez, ginecóloga y coordinadora de la unidad de suelo pélvico del Hospital Quirón de Madrid y portavoz de www.centradaenti.es de TENA Lady considera que la mujer que se encuentra con síntomas como sofocos y sudoración nocturna, que alteran su calidad de vida e interrumpen el descanso nocturno puede necesitar ayuda en cualquier época del año y no lo va a pasar peor en verano que otras personas como consecuencia de las altas temperaturas. En caso de síntomas leves o moderados os recomendamos recurrir a ocho sencillos hábitos para combatir los efectos de la menopausia:
- Ejercicio físico: Es una manera excelente de mantener en forma los huesos, articulaciones y músculos. Con un entrenamiento adaptado a las características individuales se puede mejorar la flexibilidad, la amplitud de los movimientos articulares, el tono muscular, favorecer la circulación o mejorar la capacidad respiratoria. En verano tenemos más posibilidades de practicar ejercicio al aire libre al ser los días más largos.
- La práctica de métodos de relajación pueden obtener resultados positivos como la disminución de tensión, y por tanto menos ansiedad o angustia; mejor concentración y memorización; y aumento de la autoestima y del control emocional en esta etapa de especial inestabilidad. La playa o la montaña también son espacios perfectos para relajarnos durante las vacaciones.
- Hábitos tóxicos: Dejar de fumar, consumir café o bebidas alcohólica repercute en una mejor absorción del calcio de los alimentos y es fundamental en la protección cardiovascular.
- Prevenir la osteoporosis: La tendencia a la pérdida de masa ósea con predisposición a la fractura es habitual en esta etapa. Caminar todos los días al menos media hora y enriquecer la dieta con
alimentos ricos en calcio: productos lácteos, frutos secos, sardinas y anchoas; y en menor proporción en legumbres y vegetales verdes oscuros (espinaca, acelga, brócoli), es una forma de prevenir. Una recomendación: para absorber bien el calcio es importante que los niveles de vitamina D sean óptimos y lo mejor para activarlos es tomar el sol. Los paseos al borde del mar o la práctica de senderismo son una buena alternativa. - Alimentación equilibrada: En la etapa de la menopausia hay una tendencia a aumentar de peso, con una redistribución del tejido adiposo que favorece su acumulación en la zona abdominal. Si se exceden las necesidades energéticas recomendadas (1.800 calorías según la OMS), se tenderá fácilmente y de forma progresiva a la obesidad. El verano es la época ideal para aprovechar las frutas frescas de la temporada.
- Cuidar el suelo pélvico: La carencia hormonal favorece la aparición de incontinencia urinaria y prolapso genital en mujeres que han tenido hijos y no han recuperado ni cuidado la musculatura del suelo pélvico en los años posteriores. Es fundamental en esta etapa realizar revisiones ginecológicas periódicas y realizar ejercicios de fortalecimiento.
- Sofocos: Para prevenir o minimizar los desagradables sofocos y la sudoración nocturna existen complementos alimenticios que ofrecen un suplemento beneficioso. Hablamos de la melatonina, las isoflavonas de soja, el trébol rojo, lúpulo o la salvia.
- Proteger la piel: El desbarajuste hormonal también afecta a la piel. Deshidratada, ésta se vuelve menos elástica, se seca y se arruga;