"El cacao no es un alimento propio de la dieta mediterránea, pero puede incorporarse a nuestra dieta por los numerosos efectos que sus nutrientes ejercen sobre la salud. Entre los compuestos naturales que contiene destacan los polifenoles, que tienen interesantes efectos antioxidantes y antiinflamatorios sobre el sistema cardiovascular”, explica el Dr. Ramon Estruch, presidente del Congreso de la Dieta Mediterránea y del comité científico del Observatorio del Cacao, consultor sénior en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic y Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.
Los polifenoles del cacao producen efectos vasodilatadores que favorecen el control de la tensión arterial, incrementan la sensibilidad a la insulina que mejora el metabolismo de la glucosa, mejoran el perfil lipídico y reducen la función y actividad de las plaquetas, además de tener un potente efecto antiinflamatorio “algo muy importante, porque la inflamación es la base de muchas enfermedades crónicas. A mayor cantidad de polifenoles, mayor protección frente a enfermedades cardiovasculares, cáncer, deterioro cognitivo,…”. Y el cacao tiene una elevada cantidad de polifenoles y puede llegar a contener de 10 a 50 mg de polifenoles totales por gramo.
Según el doctor Estruch, “el cacao es muy rico en un tipo específico de polifenoles, los flavonoides. Y, dentro de los flavonoides, los flavanoles son los encargados de estimular la producción del óxido nítrico en las arterias, una enzima que dilata los vasos sanguíneos, con lo que mejora la circulación y reduce la presión arterial”.
De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria reconoce como alegación de salud el papel del cacao en el mantenimiento de la elasticidad de los vasos sanguíneos y, por tanto, su utilidad en la prevención de la hipertensión.