Sin embargo, esta pequeña variación del tiempo puede producir alteraciones en algunas personas, como lo pueden ser las alteraciones en el sueño, un mayor cansancio del habitual, apatía o leve tristeza, irritabilidad o leves cuadros de ansiedad. El Instituto DKV de la Vida Saludable ofrece una serie de consejos preventivos y prácticos para minimizar estas alteraciones motivadas por el nuevo horario.
Acostarse un poco más temprano los primeros días, practicar deporte moderado, realizar actividades al aire libre y no alterar los hábitos alimenticios, son algunas de las recomendaciones de los expertos para las personas más sensibles. No obstante, los efectos sobre el organismo y el cansancio de las personas suelen durar alrededor de 3 días, por lo que sabios consejos son suficientes para habituarse a ello y tomárselo con calma.
- Acostarse un poco antes para ir adaptándose al nuevo horario.
- Practicar ejercicio físico moderado ayuda al cuerpo y a la mente a estar de mejor humor y a adaptarse a este nuevo cambio.
- No dormir siesta durante unos días.
- Acostarse con el estómago satisfecho, sin estar hambriento pero tampoco después de una cena pesada.
- No utilizar ordenador, móvil o tablet al acostarse, ya que tiene demasiada luz y pueden alterar las pautas de sueño a diario, así como tener efectos secundarios sobre nuestro organismo.
- Los niños y las personas mayores suelen ser los más sensibles a estos cambios.