Dicha Orden otorgaba a la Unión Farmacéutica Nacional la categoría de “Organismo Consultivo del Estado, representativa y coordinadora de los Colegios adheridos”; y con esta condición participó activamente en la representación de la Profesión Farmacéutica unificando criterios y coordinando los esfuerzos de todos los Colegios. La primera Junta Directiva de la Unión Farmacéutica Nacional estuvo presidida por el farmacéutico de Toro, Zamora, Eugenio Piñerúa y Álvarez; quién fue uno de los promotores de su creación.
Durante los primeros años de existencia la Unión trabajó con el Gobierno en asuntos relacionados con cuestiones de orden general que afectasen a los farmacéuticos y su participación fue fundamental al coincidir en el tiempo con el auge que experimentaron las especialidades farmacéuticas frente al predominio de la Formulación Magistral existente hasta la fecha. Además, otros temas profesionales en los que trabajó la Unión Farmacéutica Nacional durante sus inicios fueron la formación de los farmacéuticos, la creación de laboratorios provinciales, el avance científico de los farmacéuticos y sus relaciones con los médicos, entre otros.
A lo largo de estos 100 años la Profesión Farmacéutica ha experimentado, de manos de sus instituciones colegiales, un importante desarrollo en sus distintos ámbitos de actuación, periodo en el que han ido surgiendo además nuevas áreas de actuación en consonancia con las necesidades de los pacientes y de los sistemas, lo que ha permitido al farmacéutico disponer de un amplio abanico de salidas profesionales.