9 millones de personas en España soportan niveles de ruido superiores a los 65 dB recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, el 72,3% de los españoles considera que vive en una ciudad ruidosa. Este dato asciende hasta el 92,9% en el caso de Madrid, seguido por Barcelona, con un 87,4% y Sevilla, con un 83,3%. A nivel de concienciación, el 91% de los españoles manifiesta que la población no es suficientemente consciente de los efectos negativos que tiene el ruido sobre la salud, siendo los coruñeses los que representan el porcentaje más alto, en este sentido, con un 98%, según el III Informe Ruido y Salud DKV – GAES.
La fuente principal de ruido en los ambientes urbanos sigue siendo el tráfico, que es el causante de más del 80% de la contaminación acústica que se registra en las ciudades. No obstante, el ruido procedente de las obras es el que más molesta a los ciudadanos (58,8%), seguido de las fiestas organizadas por los vecinos (28,7%). El tráfico, a pesar de ser la primera causa de ruido ambiental, ocuparía el tercer lugar de la lista, con un 28%.
Nuestra salud, en riesgo por el ruido
Según estos estudios, el ruido ambiental por tráfico en Madrid aumenta en un 5% las probabilidades de sufrir un ingreso hospitalario por urgencias, además de incrementar un 6,6% la mortalidad por causas cardiovasculares y un 4% la generada por causas respiratorias en personas mayores de 65 años. Además, el incremento de tan solo 0,5 dB por ruido de tráfico nocturno se relaciona con un incremento del 4% de la mortalidad por diabetes.
En este sentido, estudios muy recientes muestran que el ruido por tráfico en esta ciudad también acrecienta la mortalidad y el bajo peso al nacer de los recién nacidos en torno a un 6%, además de aumentar la probabilidad de que se produzcan nacimientos prematuros en un 3,2%. El informe también revela que una reducción del ruido de tan solo 0,5 dB permitiría reducir la enfermedad y la mortalidad por causas relacionadas con el ruido ambiental del tráfico en varios cientos de personas.
Las interferencias en la comunicación oral, la disminución del rendimiento y el aprendizaje y el deterioro cognitivo entre los niños son otros de los trastornos que puede provocar el ruido, una lista a la que hay que añadir la percepción de pérdida de bienestar y de calidad de vida, el estrés, la ansiedad y la depresión. De hecho, un 21% de los madrileños afirma que el ruido afecta bastante a su estado de ánimo, una cifra que alcanza su nivel máximo en Barcelona, con un 37%.