La dermatitis atópica es la enfermedad crónica más frecuente en la edad pediátrica, “llegando a tener una prevalencia de hasta el 20% en algunos países industrializados”. Así lo afirmó el Dr. Eudald Sellarès, adjunto al Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Vic (Barcelona), en el marco del XII Curso de Dermatología Pediátrica (DERMOPEDIATRICS).
Según destacó el Dr. Sellarès, la causa de esta enfermedad “es multifactorial, con una predisposición genética evidente y una interacción de factores ambientales”. Detrás del aumento de la prevalencia de esta enfermedad durante los últimos años, existen diversas hipótesis, pero una de las más utilizadas es el denominado cambio u “occidentalización” del estilo de vida.
Tal y como explicó el Dr. Sellarès, la utilización de antibióticos en los primeros meses de vida —con la consecuente alteración de la microflora cutánea e intestinal del niño—, la dieta occidental, la contaminación ambiental o los estándares más altos de limpieza, son algunos de los factores que pueden incrementar este tipo de enfermedades alérgicas.
La piel atópica tiene una disfunción en la barrera cutánea porque, entre otras cosas, segrega pocos lípidos o grasas, de manera que está menos protegida, se deshidrata con más facilidad y es más vulnerable a cualquier agente externo, especialmente al sol.
En esta línea, la Dra. Paula Aguilera, especialista en dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, hizo hincapié en que la fotoprotección infantil debe tener en cuenta las características de la piel del niño, como en los casos de niños con dermatitis atópica.
En cuanto a la concienciación de los adultos sobre la importancia de la protección solar en la edad infantil, la Dra. Aguilera afirmó que los padres españoles “están cada vez más concienciados sobre la importancia de la protección solar de sus hijos”, aunque todavía queda camino por recorrer en este ámbito.