Pero además del frío, la tos también puede ser provocada por otros factores asociados al entorno como la contaminación o el polvo, o consecuencia de afecciones más graves como asma, alergias e incluso enfermedades como tos ferina o tuberculosis. De esta manera, reconocer los diferentes tipos, puede ser de gran ayuda para saber cuál puede ser la mejor manera de calmarlos.
Las dos principales clases son la tos seca, también denominada “no productiva”, y la tos blanda, “productiva”. La primera no produce expectoración ni mucosidades, es irritativa y agotadora y se debe calmar y limitar. La tos blanda o productiva se caracteriza porque provoca expectoración y es húmeda; en este caso, como ayuda a expulsar las secreciones o flemas para liberar las vías respiratorias, se debe respetar. Pero en la práctica es frecuente que la tos evolucione de una tos seca al principio a una tos blanda y viceversa.
Aunque estos dos tipos de tos son los más comunes, existes otras clasificaciones en función de aspectos como la frecuencia, la tonalidad o la expectoración. De esta manera, la tos puede ser espasmódica, si se suceden rápidamente varios golpes de tos; o emetizante si viene acompañada de vómitos. Además, también existe el tipo bitonal, que mezcla tonos bajos y altos, como consecuencia de un posible trastorno en las cuerdas vocales; y la que comúnmente llamamos perruna que es una tos ronca, de tonos bajos, característica de las infecciones de las vías respiratorias altas.