Este estudio ha analizado la situación de los distintos modelos autonómicos de receta electrónica (RE), así como la opinión de 500 farmacéuticos comunitarios de toda España sobre la utilidad de esta herramienta. A este respecto, más del 86 por ciento de los profesionales consultados confirma que la RE tiene implantada la parte administrativa (facturación y control del gasto en medicamentos, etc.) pero muy poco su vertiente sanitaria y asistencial (atención farmacéutica).
Los motivos por los que en la actualidad la receta electrónica no responde a las necesidades sanitarias y asistenciales de los farmacéuticos comunitarios son varios. Entre otras cuestiones, los distintos modelos de RE existentes en España no son en estos momentos ni homogéneos ni interoperables (lo que dificulta la movilidad de los pacientes en periodos vacacionales, etc.) y tampoco permiten al farmacéutico acceder a la información clínica necesaria para realizar una adecuada dispensación.
Del mismo modo, y aunque el farmacéutico puede acceder a la información sobre los tratamientos activos de los pacientes, ningún sistema de RE proporciona la historia farmacoterapéutica con los tratamientos activos y los anteriormente prescritos y conjuntamente con la información de los problemas de salud para los que fueron indicados.
El punto positivo es que la RE sí ha contribuido a mejorar las dispensaciones desde el punto de vista administrativo, pues evita errores al acabar con los problemas de legibilidad.