En la web disfrutatuembarazo.com de Isdin, Fournier apunta que es habitual notarse un poco más hinchada en verano, por lo que la ropa ajustada resultará muy incómoda. Lo idóneo es escoger prendas amplias, frescas y de colores claros para combinar con zapatos planos.
Si las piernas se hinchan al final del día o aumenta la sensación de pesadez, hay que evitar los alimentos salados e intentar no permanecer mucho tiempo de pie parada. Es aconsejable colocar los pies en alto y hacerse masajes con gel para piernas cansadas.
El baño en el mar o en la piscina puede realizarse hasta muy avanzado el embarazo, aunque en opinión de la ginecóloga en las últimas semanas es prudente no permanecer mucho tiempo sumergida. En el agua, la gestante puede practicar muchas actividades porque no tiene que soportar su propio peso.
Las embarazadas también pueden tomar el sol, aunque en esta época aumenta el riesgo de aparición de manchas en la piel, sobretodo en la cara (cloasma), por lo que es preciso fotoprotegerse bien o buscar zonas con sombra.
Otro factor importante es mantenerse bien hidratada. Beber agua y comer fruta fresca (sandía o piña) hidratan y, además, tienen un ligero efecto diurético muy beneficioso. Si a esto le unimos tomar un té frío al día, es una forma natural de no retener líquidos.
Según la Dra. Fournier, en verano es necesario aumentar la ingesta de fruta y verduras. Es un buen momento para hacer una dieta sana ya que apetecen alimentos frescos como ensaladas, gazpachos y frutas. Eso sí, hay que extremar las precauciones para su conservación y evitar las mayonesas, las salsas artesanas con huevo y los alimentos que contengan crema.
Para que no se produzcan mareos o caídas bruscas de tensión lo recomendable es comer cada dos o tres horas un pequeño snack, beber agua y evitar las actividades en las horas de máximo calor. FV
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